PEMEX: ENTRE LA RECUPERACIÓN Y LOS DESAFÍOS
26 de Octubre de 2025
Gabriel García-Márquez
La comparecencia del director general de Petróleos Mexicanos, Víctor Rodríguez Padilla, ante la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, dejó claro que la empresa estatal atraviesa una etapa de transición crucial. Pemex busca consolidar su recuperación energética después de años de desinversión y endeudamiento, pero también enfrenta tensiones internas, cuestionamientos políticos y una deuda histórica que aún pesa sobre sus finanzas.
Sin embargo, el verdadero milagro no está en Deer Park, ni en las coquizadoras de Tula y Salina Cruz, sino en haber estabilizado la producción sin endeudarse más. Las calificadoras internacionales, esas que antes miraban a Pemex como quien observa un barril sin fondo, ahora lo ven con respeto. Pequeños pasos para las finanzas, pero un gran salto para la narrativa oficial.
Rodríguez Padilla presentó avances notables: una producción de crudo estabilizada en un millón 645 mil barriles diarios, la perspectiva de alcanzar un millón 800 mil, y una refinación que supera el millón de barriles por día, gracias a proyectos como Ixachi, Bakté y la refinería Deer Park. La operación de Pemex vuelve a ser unificada, con independencia técnica y un régimen fiscal más justo, lo que marca un cambio de fondo en la forma en que la empresa del Estado gestiona su destino.
AVANCES TANGIBLES, PERO CON UNA PESADA DEUDA
Sin embargo, detrás de los logros, la comparecencia también expuso la compleja realidad que enfrenta la petrolera. Rodríguez Padilla reconoció que Pemex mantiene una deuda con proveedores cercana a los 430 mil millones de pesos, aunque aseguró que se ha reducido a la mitad mediante pagos recientes y esquemas financieros coordinados con Hacienda y Energía. Esta carga, combinada con la presión por mantener la producción y modernizar el sistema de refinación, evidencia que la recuperación está en marcha, pero no libre de obstáculos.
Uno de los temas más sensibles fue el combate al robo de combustibles. El director informó que se han inhabilitado cerca de dos mil tomas clandestinas y recuperado 98 millones de litros de producto, con un valor estimado en más de dos mil millones de pesos. Pese a estos resultados, desde la oposición surgieron reclamos por la persistencia del llamado huachicol fiscal, un esquema más sofisticado que según legisladores implica facturas falsas, tráfico de hidrocarburos y complicidades dentro del propio sistema.
APERTURA Y REESTRUCTURACIÓN: UN PEMEX MÁS PRAGMÁTICO
Pemex se encuentra, pues, en una encrucijada: entre la consolidación y la necesidad de reformarse profundamente. La apertura a la inversión privada, planteada por Rodríguez Padilla, marca un cambio de tono en la política energética. Tras años de insistir en la autosuficiencia y el control estatal, el reconocimiento de que el sector privado es necesario para desarrollar proyectos petroquímicos y de transición energética sugiere una visión más pragmática y menos ideológica.
A ello se suma un reto mayor: la transición energética. Pemex ha anunciado proyectos de cogeneración eléctrica junto a la CFE y el desarrollo de combustibles alternativos, pero aún queda por ver si estos esfuerzos serán suficientes para insertar a la empresa en la era de las energías limpias sin sacrificar su rentabilidad. Aun cuando dicen los malosos que Pemex ya está ensayando cómo vender sol y viento con el mismo entusiasmo que antes vendía crudo.
EL RETO DE PERMANECER FUERTE EN EL TIEMPO
La presentación de Rodríguez Padilla coincide con el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha defendido la soberanía energética como un eje de su proyecto. Pemex es pieza clave de esa narrativa: símbolo de independencia económica y motor del desarrollo nacional. Pero para que ese ideal se traduzca en realidad, la empresa deberá demostrar que puede ser eficiente, transparente y sostenible, no sólo grande.
En resumen, Pemex se recupera, sí, pero su verdadero desafío será permanecer fuerte en el tiempo, reinventarse sin perder su esencia y encontrar un equilibrio entre el nacionalismo energético y las exigencias del mercado global. La comparecencia de su director no sólo mostró resultados: mostró también que el futuro de Pemex sigue siendo uno de los temas más decisivos para México.



