SALUD A MEDIAS, AÚN FALTAN MEDICAMENTOS
19 de Octubre de 2025
Gabriel García-Márquez
Mientras las autoridades federales aseguran que el abasto de medicamentos se “regulariza”, en los hospitales del IMSS Bienestar de Veracruz la historia es distinta. Detrás de los discursos optimistas y las cifras que hablan de un “suministro casi al 100 %”, hay pacientes que siguen esperando tratamientos y médicos que improvisan ante la falta de insumos básicos.
El subsecretario de Salud, Eduardo Clark, ha insistido en que el problema está “casi resuelto”, y que solo unas cuantas empresas farmacéuticas presentan retrasos. Pero en los pasillos de hospitales como el de Veracruz Puerto, Poza Rica o Coatzacoalcos, el panorama dista mucho de la normalidad.
LA REALIDAD EN LOS HOSPITALES
En los últimos meses, pacientes con enfermedades crónicas, cáncer o padecimientos comunes como la diabetes han denunciado que deben comprar sus propios medicamentos. En algunos casos, los familiares deben recorrer varias farmacias privadas para conseguir lo que el hospital no tiene.
Muchos pacientes han tenido que costear parte de su tratamiento ante la falta del fármaco especializado que requieren, especialmente pacientes con cáncer. Lo mismo ocurre con pacientes hipertensos y diabéticos que reportan desabasto de linagliptina, insulina y antihipertensivos.
Médicos del IMSS Bienestar también reconocen que hay que “racionar” medicinas, guardar dosis para emergencias o pedir a los pacientes que compren por fuera. En zonas rurales, el problema se agrava: los traslados a clínicas urbanas se vuelven la única alternativa para obtener una receta surtida.
VERACRUZ EN LA LISTA DE FOCOS ROJOS
De acuerdo con reportes ciudadanos y de organizaciones como Cero Desabasto, Veracruz se mantiene entre los estados con mayores quejas por falta de medicinas en el sistema público.
El problema se concentra en hospitales del IMSS Bienestar y clínicas rurales, donde el proceso de distribución no logra cubrir la demanda.
El Gobierno ha anunciado un plan de solución que incluye la compra urgente de fármacos, nuevas rutas de distribución y un sistema digital para monitorear inventarios, pues la meta es alcanzar el 95 % de surtimiento a fin de año.
Sin embargo, especialistas advierten que la verdadera prueba será si esas medicinas llegan al paciente y no se quedan almacenadas en bodegas como ha sucedido en otras ocasiones.
LAS CAUSAS DETRÁS DEL DESABASTO
La falta de medicinas no se explica por un solo motivo. Expertos en políticas de salud apuntan a una combinación de errores: licitaciones mal planeadas, deudas con proveedores, distribución deficiente y una cadena de mando que reporta cifras maquilladas.
Las autoridades federales suelen medir el éxito en base al número de cajas entregadas a almacenes, no a recetas surtidas. Esa diferencia explica por qué el Gobierno puede hablar de “abasto casi total” mientras los ciudadanos viven en la escasez.
Además, no existe un sistema unificado y transparente que permita conocer en tiempo real qué medicamentos faltan y dónde. Los reportes suelen ser incompletos y, en muchos casos, se reservan por razones burocráticas o “de confidencialidad”.
PLANES Y PROMESAS POR CUMPLIR
El Gobierno federal asegura que el IMSS Bienestar se fortalecerá con una nueva estrategia:
• Rutas de distribución semanales en los principales municipios.
• Compra emergente de fármacos oncológicos y para enfermedades crónicas.
• Digitalización de inventarios y un sistema ciudadano de reporte de faltantes.
• Supervisión conjunta entre las autoridades de salud federal y estatal para evitar retrasos y corrupción.
Aunque el plan suena prometedor, todavía enfrenta grandes desafíos: la conectividad limitada en comunidades rurales, los adeudos con farmacéuticas y la falta de experiencia logística de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), la empresa estatal encargada de distribuir los medicamentos.
EL FONDO DEL PROBLEMA
Más allá de los anuncios, la pregunta sigue siendo por qué el discurso oficial no coincide con lo que ocurre en los hospitales. Una respuesta posible está en la forma en que se elabora la información. Los reportes que llegan a las altas autoridades suelen pasar por filtros administrativos y metas políticas. Se maquilla la realidad para cumplir objetivos. En esa cadena, la voz del médico y del paciente se pierden.
Aceptar públicamente que el desabasto persiste sería reconocer errores en la gestión y en los programas estrella del Gobierno. Por eso, muchos funcionarios optan por mantener un tono triunfalista, aunque los hospitales sigan padeciendo carencias y la respuesta es “venga la próxima semana”.
ENTRE DISCURSOS Y RECETAS VACÍAS
En Veracruz, los pacientes no esperan cifras, sino medicinas. Y los médicos, más que discursos, piden insumos y aires acondicionados para trabajar con dignidad. El sistema de salud no se mide en porcentajes, sino en tratamientos completos y vidas que puedan seguir adelante.
Mientras el IMSS Bienestar busca consolidarse como el eje del nuevo modelo de salud, su reto principal será cerrar la brecha entre lo que se anuncia en los informes y lo que se vive en los consultorios y las clínicas.
Solo cuando las recetas se surtan completas en las farmacias del IMSS BIENESTAR, no nada más en los boletines de prensa, podrá hablarse realmente de un sistema de salud que funcione para todos, al menos en el tema del abasto de medicamentos.
Mientras tanto habrá que seguir yendo cada día a las farmacias del Seguro Social o del ISSSTE a preguntar si ya llegó nuestro medicamento aun sabiendo de antemano la respuesta: “aún no ha llegado, venga el lunes”.