Como lo dijimos…los riesgos de “Por trece razones”
13 de Junio de 2017
Carolina Nogueira
Como lo dijimos…los riesgos de “Por trece razones”
A mediados del mes de marzo advertíamos los riesgos que planteaba la serie de Netflix, “Por trece razones”, en relación a inducir al suicidio. La evidencia no se hizo esperar, hace unos días Perú fue conmovido por la muerte de un joven ingeniero industrial de 23 años sobre la que se especula que habría sido un intento por replicar lo que vio en “Por 13 razones”.
Este joven profesional dejó dos notas en las cuales se despedía de su novia y dejaba instrucciones en relación a los audios y a sus destinatarios. En este caso la metodología del suicida, que deja instrucciones para que determinadas personas escuchen audios, es idéntica a la del personaje de Hannah Baker en la exitosa serie de Netflix.
Cada uno de los audios de la adolescente están dirigidos a quienes serían los culpables de su suicidio. Sin duda más allá de que la serie pone en debate la dura realidad de los adolescentes actuales que tratan de encajar en una sociedad fragmentada y marcadamente individualista se constituye en una verdadera apología del suicidio.
En este sentido considero fundamental poder pensar en la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en relación a la problemática del suicidio que además es la segunda causa de muerte de adolescentes en el mundo, por ejemplo en orden al retrato que se haga de la victima de suicidio mostrándolo muchas veces como un valiente o como una persona que no tenía otras opciones en relación al sufrimiento que atraviesa.
En “Por 13 razones” vemos a una Hannah recordada por sus compañeros con cariño y dolor por su triste final, casi en una especie de mitificación de una compañera de clase a la que trataban de forma muy diferente en vida. Además, como la serie se desarrolla alternando la narración presente con los flashbacks de las últimas semanas de su vida, podemos acercarnos también a una Hannah atractiva físicamente en un rol casi romántico ante los desengaños que sufre. Esta representación se enlaza con la tradición de retratar cierta belleza morbosa en el suicidio como si fuera un experiencia cargada de un pseudo heroísmo, como por ejemplo, lo representa la Ofelia de Hamlet.
Es llamativo, además, que en ningún momento aparezcan recursos de ayuda a los que una persona en riesgo potencial de poner fin a su vida pueda llamar para recibir atención. En este contexto es fundamental la postura de los medios de comunicación quienes a través de un programa de televisión o una notica deben mostrar los aspectos que contribuyan a resolver una situación que nos afecta a todos, como es la muerte de nuestros jóvenes y no aprovecharse de explotar los aspectos destructivos de este tema u otros similares simplemente para tener más rating.
En relación a la serie que comentamos tal vez lo más grave está en presentar el suicidio como una opción fácil e indolora, haciéndolo parecer una buena idea a alguien que está sufriendo.
Lamentablemente muchos programas están perjudicando más que ayudando a la Prevención del Suicidio. Sin duda hay que hablar del suicidio en los Medios de Comunicación, ya que según las directrices de la Organización Mundial de la Salud, si no se habla, parece que el problema no existe y si no existe, ¿para qué se va prevenir?, es necesario que hablar del número de suicidas, del sufrimiento de las familias que quedan y explicar que se puede prevenir y como. Es sin duda importante sensibilizar a la sociedad y a las autoridades políticas y sanitarias para lograr invertir medios humanos y económicos para enfrentar esta problemática.
Concluimos que es más que importante encender la llama de una conversación entre adolescentes y adultos sobre las cosas que les están ocurriendo a los jóvenes hoy en día en todo el mundo, pero siempre con la cautela y la responsabilidad de no provocar o generar “aquello que queremos prevenir”.
