Carpe Diem
Manolo Victorio

Vara alta

10 de Octubre de 2025

Manolo Victorio


La presentación de las fiestas del Carnaval 2026 fue un testeo del sentir popular en el Puerto de Veracruz.

Dicen en el barrio que quien pega primero, pega dos veces.

El Carnaval cumple sus primeros 102 años de vida. Nació como una expresión popular, de celebración de los trabajadores portuarios y se convirtió con el paso del tiempo en la fiesta más importante del estado.

La fiesta, sin embargo, ha venido a menos con los hechos de violencia, el mercantilismo rampante impuesto por las marcas cerveceras que general auténticas batallas campales en los interludios de los paseos.

Es necesario un rescate de la fiesta, una revalorización de las barriadas que cada año ensayan coreografías en las noches de otoño, ahorran para comprarse sus atuendos y se rajan el lomo en los paseos por el bulevar sin más paga que los aplausos y la congratulación de pertenecer a una estirpe que alimenta la fiesta de la carne.

El primer elemento que recogió Rosa María Hernández Espejo, alcaldesa electa del Puerto, fue la voz popular que le decía en los recorridos la necesidad de regresar al carnaval a su origen.

En respuesta al sentir popular de una fiesta que es también manifestación de la cultura popular jarocha, los festejos de los 102 años del Carnaval arrancarán el martes 10 de febrero con la quema del mal humor y finalizarán –en la señalética exacta del canon eclesiástico–, el miércoles de ceniza, marcado en el calendario el 18, cuarenta días antes de la Semana Santa.

En la ceremonia de presentación de la fiesta cuya temática versará sobre el Mundial de Fútbol que se jugará en México, Canadá y Estados Unidos, las señales políticas emergieron en la tarde-noche del martes 7 de octubre, en el escenario montado en la Plaza de Armas.

Cuando el anunciador oficial informó sobre la llegada de la alcaldesa electa, el aplauso se desbordó.

Se respira en la ciudad un animo festivo, esperanzador, ante el abandono criminal que padece el municipio más importante del estado veracruzano.

Las porras y las vivas fueron recordatorio de la expectativa altísima que tiene la gente respecto al trabajo de Rosa María.

Prácticamente deberá reconstruir piedra sobre piedra en las colonias populares del Puerto, abandonadas, donde los camiones recolectores de basura son enviados a Boca del Río en vez de recoger los desechos en estos centros poblacionales.

Rosa María deberá resarcir el daño permanente que se hace en cada retén montado por la Dirección de Tránsito Municipal que cada día levanta decenas, cientos de motocicletas, vehículos de trabajo de una población que está harta, enojada, de tanto abuso cotidiano.

En su primera presentación en sociedad, la alcaldesa electa, fiel a sus usos y costumbres en el quehacer público, agradeció el apoyo de la gobernadora Rocío Nahle –su jefa política–, quien la sostuvo contra la actuación perversa de los grupos internos del morenismo que no apoyaron a la periodista ni siquiera con una matraca.

De ahí que después del performance de presentación del Carnaval, donde un grupo de bailarines ofrecieron un espectáculo que sintetiza la pasión por la fiesta de la carne y que exhibió la flema desenvuelta del porteño, Rosa María dijo que «esta fiesta es de todos, es de quienes viven aquí y de quienes nos visitan, porque celebra nuestra historia, nuestra gente y nuestra alegría».

La fiesta inició bien, apegada a quienes han contribuido y dejado sus vidas solo por el hecho de pertenecer al carnaval.

Ahí estuvo doña Angela Deceano Peregrino, la primera reina infantil -coronada en 1942- bajo el nombre artístico de Gela I, sobrina de la inmortal Toña «La Negra» y a quien Rosa María extendió una invitación para acompañar a los festejos del Rey Momo en la coronación de los reyes infantiles.

El retorno al origen «no requiere tanta ciencia» –AMLO dixit–, solo voluntad de tomar en cuenta el pulso de la gente.

Y la gente que votó por Rosa María quiso un cambio, aunque parezca una campechanería, en las fechas del carnaval.

Los sectores sociales desesperan en este impasse del relevo constitucional del poder municipal que se vislumbra larguísimo ante la falta de atención en la ciudad.

Las dos arterias que comunican al centro histórico del Puerto, las avenidas 5 de mayo e Independencia parecen zonas de guerra.

Sobre la calle Rayón hay hasta casetas climatizadas donde pernoctan los capataces de la remodelación de estas vialidades.

No les corre prisa por terminar la pavimentación con concreto estampado.

La CANACO Veracruz denuncia que las demoras en las obras de remodelación del centro histórico han provocado cierres de negocios y una caída de ventas superior al 50 por ciento.

Nadie les hace caso.

Faltan 80 días para que se marche Patricia Lobeira Rodríguez y los negocios del centro, zapaterías, almacenes de ropa, panaderías, heladerías y torterías, principalmente, languidecen ante la falta de clientela que prefiere irse a las plazas comerciales a comprar.

La preocupación entre empresarios y residentes del centro histórico va in crescendo por el impacto económico y la inseguridad que generan las calles en excavación.

El organismo empresarial de comerciantes sostiene que existe un retraso en la obra original, que debió concluirse en septiembre, y ha solicitado que se aceleren los trabajos, sin obtener una respuesta de la autoridad municipal.

La CANACO tiene un registro de al menos 10 negocios que han tenido que bajar las cortinas, con el despido de un centenar de trabajadores.

Eric Suarez Márquez, secretario de la CANACO, calificó la obra como «mal planeada» porque impedirá el despegue de las ventas en el último trimestre del año.

El retraso parece adrede, mal intencionado, de mala leche, con la intención de dejarle un polvorín a la nueva administración municipal.

La ciudad está hecha un caos.

De ahí la expectativa tan alta que representa la figura y el trabajo venidero de Rosa María Hernández Espejo.

En declaraciones recientes, la alcaldesa de Veracruz, Patricia Lobeira Rodríguez, dijo que será el 15 de noviembre próximo cuando se inauguraren las obras del centro en las calles Independencia y 5 de Mayo.

En el crédito a la palabra de mujer, la alcaldesa Lobeira Rodríguez dijo que las obras registran un avance del 90 por ciento. Lanzó su palabra en prenda: el 15 de noviembre estarán listas.

Habrá que darle tiempo al tiempo.

En tanto llega el ansiado relevo en el poder municipal, Rosa María Hernández Espejo es, en una rara conjugación política, alcaldesa electa y alcaldesa de facto, tomando desde ya decisiones en beneficio de una población golpeada, vilipendiada, sobajada, utilizada como fuente de ingreso financiero para quienes se marcharán, imbuidos en la exageración del año de Hidalgo.

Cada día falta menos en el tic tac político-administrativo.

… del mismo costal.

En la semiología política, el mensaje siempre debe mantenerse, recomiendan los politólogos y sabiondos.

Quizá en atención a esta narrativa victoriosa, la gobernadora Nahle deba asistir –en la corrección de las formas del deber ser político– a la toma de protesta de tres autoridades municipales icónicas en el sembrado de la bandera morenista, a saber:

Rosa María Hernández Espejo, la primera mujer de izquierda progresista y humanista en gobernar el municipio más importante del estado.

Daniela Griego Ceballos, alcaldesa electa de Xalapa, ciudad capital, que cristaliza el slogan del «no llego sola, llegamos todas», y Roberto Francisco San Román Solana, quien rescató para el morenismo el municipio de Tantoyuca, cuyos habitantes se sacudieron el yugo caciquil de la familia Guzmán Avilés.

Sería una conjugación perfecta del regodeo personal de la victoria y una oportunidad para mantener el discurso a ras de tierra.

columnacarpediem@gmail.com

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