Carpe Diem
Manolo Victorio

Quien impone el relato se trepa en la historia

04 de Noviembre de 2025

Manolo Victorio


Carpe Diem
Manolo Victorio
Quien impone el relato se trepa en la historia

¿Qué está pasando en nuestro México?
Déjeme explicarle en términos de la narrativa y sobre el dominio del discurso de Fernando Savater.
Históricamente quien ha impuesto su discurso, en el dominio de la humanidad, han pervivido y han dominado en la historia de la civilización.
Ahí están Gengis Kan, Alejandro Magno, Napoleón, los Césares romanos, forman parte de este linaje que ha impuesto su discurso.
Al filósofo español se le atribuye frecuentemente el concepto de «quien impone su relato, impone su realidad».
Esta idea central aparece en varios de sus textos y conferencias, donde reflexiona sobre el poder del lenguaje, la narrativa y la creación de la historia. El concepto subyacente es que la historia no es un registro puramente objetivo, sino que está moldeada por las narrativas dominantes. Aquellos con el poder de contar la historia y hacer que su versión sea aceptada por la mayoría, son, en efecto, quienes definen la «verdad» histórica y la realidad percibida por las generaciones futuras.
Savater explora —sintetiza la Inteligencia Artificial— cómo los relatos, ficciones y metáforas filosóficas han moldeado el pensamiento occidental, sugiriendo que la historia es una construcción narrativa tanto como un conjunto de hechos brutos.
La violencia provocada por la delincuencia organizada en México está imponiendo su discurso en la realidad cotidiana, arrinconando, acojonando al gobierno federal. Los carteles organizados están acorralando al gobierno hacia la parcela de la reacción.
La última escaldada violenta que se vive con el asesinato Carlos Manzo, alcalde Uruapan, Michoacán, ejecutado desde un descarado sicariato, encajona al gobierno federal a en las cuerdas de la reacción defensiva, sin mayor opción que alzar los guantes para cubrirse de la andada de jabs que se orquestan desde las zonas oscuras de las redes sociales que manipulan a la opinión pública, orillando a la gente ordinaria a montarse en una ola de desacreditación política sin conocer a fondo como están las cosas en este país.
El gobierno de Claudia Sheinbaum es hoy reactivo, más que propositivo.
La violencia sume al gobierno en una crisis existencial.
Los carteles han metido al gobierno en una crisis de gobernanza.
Los estudiantes de primer semestre de ciencias políticas saben que una crisis es una pérdida de poder.
Hay que subsanar esa crisis con propuestas.
Hay que corregir el rumbo.
Irse por culpar a un pasado que tiene ya por lo menos 15 años enterrado en la historia como fue la guerra desatada por Felipe Calderón contra las organizaciones criminales, donde según la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha utilizado frases en diversas ocasiones que implican que la «guerra contra el narcotráfico» iniciada por el expresidente panista, quien otorgó una especie de «licencia para matar» o un «régimen de excepción» donde las leyes quedaron en segundo término, suena ya a una estrategia estéril, anacrónica, desgastada, inútil.
Felipe Calderón Hinojosa no es más el arquetipo del adversario odiado, constructor de infiernos, artesano de la caja de Pandora de cuyo interior brotó la pudrición que nos ahoga como país.
Es hora de ir diseñando otros enemigos externos, o hacerle frente a la realidad que vivimos como país, antes que los hijos pródigos del morenismo sean convertidos por el propio pueblo en los monstruos de corrupción que antes solo pululaban en el conservadurismo, el panismo o el priismo.
En ese escalón está el gobierno federal.
El axioma no mentir, no robar, no traicionar al pueblo es ya un espejismo borroso que se ha borrado en la mente del colectivo como bandera de salvación ante la hornada escandalosa de político de nuevo cuño que han hecho añicos esta trilogía de renovación moral.
Todo fue una quimera.
Nos volvieron a engañar.
Y en este naufragio inminente, hay que hacer algo, no para salvar al país, sino para salvar el proyecto político que permita seguir sometiendo a la nación.

La gente quiere soluciones.
Las ultimas expresiones de enojo social emanada de la tierra caliente michoacana, pretenden ser extrapoladas artificialmente al territorio nacional.
Habrá que citar que las masas no convocan a las grandes movilizaciones.
Son expresiones de coraje espontaneo, obedecen a la ira que explota en una manifestación, una toma de palacio como lo sucedido en Uruapan, Michoacán, en la quema de autobuses, vehículos y equipamiento urbano.
No pasa de esta manifestación inmediata, de este corto arrebato colectivo.
La masa amorfa no tiene el carácter de conducir un movimiento.
Un país, un estado, cambia de gobierno solo por dos formas, de acuerdo con la teoría política
1. Por la ruta institucionalizada, por el camino civilizado, traducido en el riel de la democracia, llámese proceso electoral. En los Estados Unidos Mexicanos el gobierno cambia por la vía electoral. Después de los 80 años del PRI vino la docena trágica panista con Vicente Fox y Felipe Calderón y luego llegó AMLO con la bandera de la cuarta transformación. Aquí en esta vía participamos todos a través del voto embuchacado en las urnas.
2. El imperio de la violencia. Cambiar el estado de las cosas con el poder de las armas. La traducción literal de esta posibilidad es la lucha armada, la revuelta, la revolución.
La masa, la plebe el pueblo es la base de la pirámide, carece de ejes rectores, es cardumen humano que se mueve por impulsos o emociones, actividades desde una cúpula.
En la punta de la pirámide, según la teoría política, están las cupulas. Así sea un gobierno neoliberalista que gobernó este país en los últimos 36 años del priismo, la derecha conservadora en la docena trágica o el nuevo humanismo mexicanos que reparte prebendas que representan 2 billones de pesos al año en mantenimiento utilitario del voto a favor del Movimiento de Regeneración Nacional, siempre habrá un reducido número de guías instalados en la cúpula para manejar los movimientos sociales.
Sea como sea el gobierno siempre habrá cupulas.
Y las cupulas siempre manipularán a las masas.
Las encendidas arengas de ¡viva México! exclamadas por un jovencito de la generación Z como se identifica a las personas nacidas entre 1997 y 2012, solo son expresiones de propaganda diseminadas en las redes sociales desde donde se pretende ahora hacer una revolución que implique la inmolación de bots en vez de soldados.
Veremos que pasa en los días por transcurrir.
… del mismo costal.
Y en tanto el país se desdibuja por el coraje social, en el debate senatorial, la clase política sacó a relucir sus miserias discursivas.
En el debate, la panista Lilly Téllez exigió al morenista Gerardo Fernández Noroña que «llorara de verdad» por el crimen del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, asesinado en el Día de Muertos.
«Llora por Carlos Manzo, Noroña, no seas imbécil… Tú, idiota, llorando por allá (en la franja de Gaza), haciendo circo mientras a los mexicanos los masacran», gritó Téllez desde su escaño, megáfono en mano.
En respuesta, Fernández Noroña subió a tribuna para expresar sus condolencias a la familia del edil y acusó a la oposición de «carroñera» por utilizar el crimen con fines políticos. «¡Carroñeros!», lanzó el morenista, mientras el intercambio de acusaciones subía de tono en la sesión.
Ahí el nivel del legislativo en este país.
La desesperanza priva.
columnacarpediem@gmail.com

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