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Pablo Jair

ASEGURADORA SÓLO PAGABA UN MISERABLE 3 POR CIENTO EN DESASTRES NATURALES

17 de Octubre de 2025

Pablo Jair


@pablojair

Una de las mentiras de mala leche que se han divulgado en medio de la tragedia de la zona norte de Veracruz, fue la de 190 estudiantes fallecidos o desaparecidos. Esto ya quedó totalmente desmentido hasta por la propia Universidad Veracruzana y sus alumnos.

(Debe señalarse la tardanza de las autoridades de la UV para aclarar la situación, pues mientras el cuestionado rector Martín Aguilar se andaba escondiendo, tuvo que llamarle la presidenta Claudia Sheinbaum para que saliera a desmentir el mitote).

Pero a este chisme ojete se sumó también la cantaleta de que todo el desastre es debido a que el gobierno federal extinguió el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) en 2021. O sea, no tomaron en cuenta ni la gran cantidad de lluvia, ni de agua que escurrió o los niveles históricos que alcanzaron los ríos como el Cazones.

Lo que muchos no dicen, es que este recurso era utilizado como un fondo perdido donde se entregaba mucho dinero a gobernadores o alcaldes sin control alguno: no se sabía a dónde se repartía, quién manejaba la lana, a quiénes se les compraban insumos, etc., todo con el pretexto de que había una emergencia.

Era un secreto a voces que el FONDEN se utilizó para desviar recursos sin rendición de cuentas y con sobrecostos, pero que además se utilizaba mucho en tiempos electorales para la distribución de enseres.

Si no me cree, busque en notas periodísticas cuántas veces se descubrieron bodegas con despensas que se echaron a perder, donde también almacenaban cobijas y colchonetas para entregar en mítines de campaña.

Recuerdo, por ejemplo, que en unas inundaciones que afectaron a Minatitlán en el 2000, el Ejército tuvo que quitar el control de la entrega de despensas al Ayuntamiento porque algunos funcionarios las estaban vendiendo.

Sí, debe haber servidores públicos honestos que utilizaron los recursos de manera transparente, pero era más conocida la manera en que se usaba el FONDEN para clavarse el dinero destinado supuestamente a ayudar. Un botín político muy usado especialmente en tiempos del priato reciente.

Luego de que el FONDEN se fue a la goma, Veracruz contrató un seguro contra desastres naturales donde se erogaron 750 millones de pesos en la pasada administración.

De este dineral, la aseguradora sólo retornó 25 millones de pesos cuando fue la contingencia del huracán Grace, en 2021. Es decir, algo así como un miserable 3% que no es para nada rentable ni viable.

Aparentemente suena a mucho dinero, pero para un desastre natural es poco.

Al inicio de la administración de la gobernadora Rocío Nahle García, con su presupuesto inicial (hay que recordar que Veracruz todavía mantiene una deuda millonaria heredada de pasadas administraciones) se decidió no renovar el contrato del “seguro” y se creó el Fideicomiso de Protección Civil para la Atención de Desastres Naturales y Otros Siniestros, que sirve para la cobertura de cualquier contingencia derivada de fenómenos meteorológicos y también cubre la seguridad social de trabajadores.

Con la creación del Fideicomiso de Protección Civil para la Atención de Desastres Naturales y Otros Siniestros, el estado tiene acceso inmediato a 10 veces más recursos que el mentado seguro que no se renovó y por el que tanto chillan algunos.

Incluso, para esta emergencia en la zona norte, se sabe que no se está considerando recurrir a préstamos ni aumentar líneas de crédito. Es decir, no se va a endeudar más al estado.

Pero además, se tiene mayor autonomía y disponibilidad inmediata, sin necesidad de alguna declaratoria de emergencia federal, como ocurría con el FONDEN y el mentado “seguro”.

Este fideicomiso tampoco es un golpe a las finanzas del estado; desde la Secretaría de Finanzas han calculado que no perjudica las calificaciones crediticias ni tampoco al presupuesto ejercido.

Lo que se ve no se juzga: sólo calcule cuánto cuesta el combustible para aeronaves que hacen los 20 puentes aéreos activados en la zona norte del estado. A eso súmele la movilización de unidades, personal, y —por supuesto— la entrega de enseres e insumos.

Sí, también tiene mucho qué ver la valiosa donación de la solidaria sociedad civil y otros gobiernos estatales: ayuda que llega por toneladas.

Lo que se espera también es que más adelante se transparente cuánto dinero se utilizó, una vez que ya se termine el cálculo de la magnitud de los daños materiales. Que no pase lo del FONDEN, porque del miserable y oneroso “seguro”, ni hablar.