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Agustín Torres Delgado

Tiburones Rojos: ¿Cómo no extrañarles?

14 de Agosto de 2025

Agustín Torres Delgado


En esta ocasión escribo este texto de forma especial, porque mientras realizo mis recorridos por Veracruz, escucho a mi gente y veo que muchos, que amamos el deporte, sentimos la ausencia de ver en el fútbol de Primera División a un equipo veracruzano, es decir, a nuestros entrañables Tiburones Rojos.

Siempre me gustó el fútbol, mucho más obviamente de chavo, pues tenía menos responsabilidades. El primer estadio que conocí, casi a los 16 años, fue el Luis “Pirata” Fuente. Me tocó estar atrás de la portería del “Arquero de Cristo”, el gran Adolfo Ríos.

Empecé como un gran seguidor de la Liga de México. Había escuchado de la tiburomanía, había visto en la televisión juegos de Jorge Comas “Comitas” o de Omar Arnaldo Palma, y así muchos otros grandes jugadores que formaron parte del gran equipo de los Tiburones Rojos en los 90.

Los Tiburones Rojos no solo encarnan un momento deportivo; son tradición y euforia. Son el calor, la música, la pasión que aportan las y los veracruzanos. Los Tiburones Rojos son el estadio, el mar, la fiesta veracruzana que se vive intensamente y con mucha pasión.

Alguna vez, la afición del Veracruz fue la más importante dentro del balompié nacional. Era una afición que acompañaba con legítima lealtad a su equipo a todos los espacios donde jugaban. Hoy la triste realidad es otra: la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) no considera que más equipos participen, que asciendan y tengan la oportunidad de llegar al máximo circuito del fútbol.

Hoy, quienes compiten tienen garantizada su permanencia en la Primera División; es decir, no hay competencia interna. Unos cuantos dominan y todos sabemos que a México le urge mejorar su organización en materia deportiva. Nosotros, desde Movimiento Ciudadano, nos hemos pronunciado porque no se impida el ascenso y descenso entre divisiones, en voz del coordinador del grupo parlamentario en la Cámara de Senadores, el senador Clemente Castañeda. Creemos que es una medida antideportiva impedirlo y llevaremos el tema a discusión en el Senado de la República.

La cancelación del ascenso y descenso afecta directamente al desarrollo deportivo y profesional de jugadores, entrenadores y árbitros en México; además, desincentiva la competencia y erosiona el sistema de mérito que debe regir en el fútbol nacional.

Esa decisión de la Federación Mexicana de Fútbol no solo traiciona la esencia competitiva del deporte, sino que desgasta las bases del fútbol nacional. No es un mero trámite administrativo: es un motor para muchos equipos y jugadores en comunidades de todo el país. Al suprimirlo, han privilegiado intereses económicos y de control por encima de la meritocracia deportiva; cerraron la puerta a clubes que, con esfuerzo y talento, podrían ganarse un lugar en la élite, como el Atlante, el Tapatío, el Morelia, la U de G y los Tiburones Rojos. Además, esta medida genera una liga cerrada que fomenta la mediocridad, pues los equipos que se encuentran en la parte baja de la tabla ya no enfrentan la presión de pelear por permanecer.

El resultado es una liga disminuida en el nivel de competencia, apatía de la afición y un menor atractivo para patrocinadores y medios. En lugar de fortalecer e incentivar la formación de talento y garantizar estándares altos, optaron por una solución cómoda para los clubes de Primera División, pero nociva para el desarrollo integral del fútbol mexicano. El deporte pierde sentido cuando se le arrebata el derecho a soñar; con esta decisión, la FMF apaga la esperanza del ascenso para decenas de equipos y miles de aficionados que viven el fútbol desde sus raíces.

Ojalá el gobierno de Veracruz apoye, gestione, haga un esfuerzo y coadyuve en fortalecer y recuperar a nuestros Tiburones Rojos. La pasión y la adrenalina que las y los veracruzanos vivimos cuando juega nuestro equipo nos une en comunidad. Ojalá que más niñas y niños se sientan orgullosos de verse representados en un deporte profesional que nos regala alegrías. Porque hoy, lamentablemente, en Veracruz imperan las malas noticias: inseguridad, desempleo, violencia.

Extrañamos a los jugadores que han pisado el césped en Veracruz, como Jorge Comas, Omar Palma, Carlos Barra, Chaco Giménez, Matute Morales, Adolfo Ríos, René Higuita, José Mari Bakero, Julio Furch, Joaquín del Olmo, y entrenadores de primer nivel como el Profe Carlos Reinoso, Antonio Mohamed, el Piojo Herrera, Aníbal Ruíz o Tomás Boy. Cómo no extrañar a esos Tiburones que ascendieron a Primera División de la mano de Carlos Castelli y Diego Melillo.

Cómo no extrañar a esos Tiburones que fueron líderes en la liga del 2004 con “Lorito” Jiménez, Lucas Ayala, Braulio Luna, Pablo Quatrocchi, “Archie” Flores y Kléber Boas. Cómo no extrañar a la porra del Tiburón cantando en el rayo del sol, con vista al mar, bailando, eufóricos, alegres. Mucha vida y mucho fútbol.

Cómo no extrañar ese Veracruz del Profe Reinoso, de los últimos grandes equipos que vimos y que nos levantaron el ánimo cuando fueron campeones de copa.

Cómo no extrañar el rugido de un estadio lleno. Cómo no extrañar cuando en el estado de Veracruz las cosas iban bien.

El fútbol en Veracruz sigue vivo, en las canchas del barrio, en las niñas y niños jugando descalzos al atardecer. El fútbol veracruzano, como la brisa del puerto, siempre encontrará la forma de regresar.

Maestro Agustín Torres Delgado
Secretario General de Acuerdos
Movimiento Ciudadano

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