Entre columnas
Martín Quitano Martínez

Hipócritas

13 de Agosto de 2025

Martín Quitano Martínez


mquim1962@hotmail.com
X: @mquim1962

Los hipócritas pretenden ser palomas,, políticos, literarios, águilas…
Pero no se deje engañar por su apariencia, no son águilas, son ratas.
Antón Chéjov.




De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, Hipocresía “es el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.” Por lo que un hipócrita seria pues, alguien que oculta sus intenciones y verdadera personalidad simulando con dichos su verdaderas expectativas y acciones. Este es el marco de aclaraciones sobre un concepto donde debemos encontrar las imágenes de personajes de la vida política de nuestro país que se asumían, y en la falsedad más indignante, se siguen asumiendo con mentiras discursivas que cada vez más quedan para la basura.

Vemos a jerarcas morenistas de todos los niveles, arrastrando los que supuestamente son los valores y las virtudes de un movimiento nacido, ahora lo sabemos, con pies de barro. Un movimiento pensado, exitosamente por cierto, tan solo para lograr el poder, para establecerse como una franquicia electoral donde se tenían que dar los acuerdos que fueran necesarios para llegar a lograr los objetivos que se miraban en primerísimo orden, como lo era lograr el triunfo del gran mesías y que a partir de ello, lo demás se daría de manera natural.

Los Códigos Éticos, las Cartillas Morales, las palabras del “señor” como garantes de una narrativa que despertó innegables esperanzas, han sido hechas añicos al fragor de las “batallas” para lograr y consolidar su poder. Han pasado de cuestionar a la mafia de poder del pasado reciente, a convertirse en la nueva mafia del poder, igual o peor. De los desvergonzados y cínicos del cuestionable y señalable pasado a los actuales hipócritas y simuladores que dicen ser diferentes.

Los rasgos distintivos de lo que tanto cuestionaban acerca de la corrupción, la arbitrariedad y los cinismos, se encuentran igualmente como rasgos de esta nueva camarilla pero de manera más descarnada, con sujetos más ignorantes, y por ello tanto o más petulantes que los de antaño, mismos que decían que se habían ido pero que aún los podemos encontrar bajo las faldas de la protección que les brindan quienes llegaron en el 2018, aplicando la excusa de que el fin justifica los medios.

Las imágenes de las vacaciones veraniegas y las vidas de los “diferentes” son ofensivas porque enarbolan su diatriba de austeridad, pero lo son más las defensas y las poses de agraviados cuando se enfrentan a los comentarios que reciben respecto de ello. Sus respuestas ofenden al sentido común, a la inteligencia, ofenden a la credibilidad de quienes aún les siguen ese juego que se consolida como la pudrición (en referencia al clásico), de una cuarta transformación déspota, ignorante y autócrata.

Las imágenes del derroche, de los nuevos y viejos ricos que se acomodan en el barco cuatrero, perdón, cuatrotero, gozando de prebendas, dineros, puestos e impunidad, pues todo les está permitido, dicen, ya que para ello son el pueblo en el gobierno. Se presentan como los paladines de la justicia y el humanismo y por ende, por sus sacrificios por la patria merecen la abundancia que ahora pasean, disfrutan y derrochan. En síntesis, criticaban a los anteriores porque les tenían envidia. Antes les parecía mal, ahora está bien, pues ellos son dueños del dinero y del poder con la potestad de redefinir el significado de la medianía juarista a sus cuantiosos ingresos.

Fuera máscaras. Estamos en el reino de la impunidad, la simulación y la ignorante prepotencia y corrupción. Llegaron al poder para reclamar su gran tajada del pastel de la corrupción y la arbitrariedad. Gozan mostrándose, exhibiéndose en sus banalidades, de arrojadas contradicciones. Queda claro que no representan alternativa alguna a las grandes ofensas dadas en la historia que forjó la indignación y el hartazgo que les abrió el paso al poder. Al final solo son unos más del engranaje de lo que hay que cuestionar, señalar y cambiar.

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

El semestre veracruzano del horror. De enero a junio:

53 crímenes atroces, 11 masacres, 8 casos de mutilación, 5 episodios de tortura, 4 feminicidios con crueldad extrema, 7 homicidios de funcionarios o actores importantes en materia de seguridad, 3 intentos de linchamiento, 2 hallazgos de fosas clandestinas, 2 asesinatos de menores de edad, 2 de actores políticos y 1 de una persona vulnerable.

Sin seguridad no hay transformación.

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