La Prórroga Universitaria: Un Artilugio Legaloide
10 de Junio de 2025
Francisco L. Carranco
Por: Francisco L. Carranco- La solicitud del aún rector de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar Sánchez, genera una situación política tensa, ya que a pocos días de que concluya su rectorado, y aprovechando sus ansias por repetir otros cuatro años, solicita a la Honorable Junta de Gobierno de la UV la PRÓRROGA para continuar al frente de esa institución.
Dicha solicitud llega al máximo órgano de gobierno para su eventual validación y aceptación, con el fin de que Aguilar Sánchez continúe como rector por otro periodo de cuatro años. Hasta aquí, todo parece estar dentro de la norma establecida por la legislación universitaria, que, dicho sea de paso, contempla todos los escenarios y vicisitudes, obviamente dentro del marco de la legalidad, insisto.
Sin embargo, esta solicitud de PRÓRROGA llama mucho la atención porque el rector Aguilar Sánchez, en primera instancia, expresó a través de los medios de comunicación su intención de solicitar ese “derecho”, como quien dice, para medirle el agua a los camotes y, como era de esperarse, aceleró el avispero universitario.
Sin tomar en cuenta las repercusiones que de inmediato surgieron en la comunidad universitaria —académica y estudiantil—, exrectores, profesores de las distintas regiones de la UV en el estado, estudiantes y la propia comunidad cultural y social, manifestaron su inconformidad ante la intención de repetir otro periodo en la rectoría de la UV, sin participar en el proceso que los estatutos y la propia legislación universitaria obligan para este caso.
La PRÓRROGA esconde un artilugio legaloide que, suficientemente fundado y motivado por la Honorable Junta de Gobierno UV, podría darle la posibilidad a Martín Aguilar Sánchez para lograr su fin. Sin embargo, violenta una serie de artículos de la legislación universitaria, ya que esa solicitud de PRÓRROGA suspende el debido proceso, evitando la publicación de la convocatoria que la Universidad Veracruzana expide cada cuatro años para renovar la Rectoría y, con ello, viola algunos requisitos, principalmente el de cumplir, por ejemplo, con la edad: es decir, tener menos de 60 años al momento de manifestar su interés en participar en la convocatoria que debe emitir la Junta de Gobierno para optar por la Rectoría.
Tres exrectores de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, Sara Ladrón de Guevara y Víctor Arredondo, emitieron en conjunto un posicionamiento en contra de dicha PRÓRROGA, precisamente porque se vulnera la legislación universitaria y, principalmente, se violan los derechos de todos los posibles académicos que pretenden aspirar a la rectoría y que esperan la convocatoria para contender bajo la legalidad.
Aguilar Sánchez, con este “madruguete”, pretendió con ese oficio realizar un acto autoritario, evitar la publicación de la convocatoria, violentar los derechos de los académicos que pretenden participar legalmente y cumplir con todos los requisitos, además de comprometer a la Junta de Gobierno de la UV para que ellos autoricen una dispensa y así el actual rector no fuera eliminado por exceder la edad requerida.
Como mencioné líneas atrás, la PRÓRROGA sirvió para medirle el agua a los camotes. La solicitud se recibió el 28 de mayo; los truenos y centellas tronaban y brillaban en el firmamento y el repudio a tal acción llevó a que los candidatos a participar en la convocatoria para la renovación de la rectoría se manifestaran en contra e invocaran, de viva voz, todas las violaciones a la legalidad.
Antes de que la Honorable Junta de Gobierno UV diera respuesta, los aspirantes llamaron a una marcha para defender el proceso estatutario, exigieron respeto a la Ley Universitaria y expresaron un rotundo no a la PRÓRROGA solicitada por el Rector.
Miles de estudiantes, trabajadores, académicos y personal administrativo se unieron a la marcha, algunos físicamente y otros simbólicamente, solidarios desde sus posiciones dentro de la Universidad, pero con la plena convicción de que la convocatoria debe publicarse y que, democráticamente y validando la autonomía de la UV, la comunidad universitaria elija o reelija, según sea el caso, a su rector.
Otras voces y analistas de la gestión del rector hablaron sobre la mala administración ejercida en los últimos cuatro años, falta de transparencia en el ejercicio presupuestal, deficiente progreso de los programas universitarios, auditorías desfavorables y subejercicio de los presupuestos asignados a la Universidad, así como el temido subejercicio de recursos que provoca la ineficiencia en el uso y aplicación de los mismos.
Una propuesta razonable que ha surgido de este contexto es que quienes no estén de acuerdo con los intentos de prórroga se abstengan de participar y pidan formalmente a la Junta de Gobierno que la convocatoria se publique sin dilación, garantizando así un proceso abierto, democrático y en estricto apego a la legalidad universitaria.
En este sentido, la marcha convocada en defensa del proceso estatutario universitario congregó a más de tres mil estudiantes, académicos, trabajadores y miembros del personal administrativo de la Universidad Veracruzana, quienes marcharon por las principales calles de Xalapa.
La movilización, realizada de manera pacífica y ordenada, fue un testimonio de la fuerza de la comunidad universitaria y de su exigencia colectiva: respeto a la autonomía, transparencia en el proceso de sucesión y rechazo a mecanismos que puedan interpretarse como artilugios para perpetuar intereses personales por encima de la legalidad.
Esta muestra de unidad y participación ciudadana refuerza el mensaje de que la Universidad Veracruzana debe regirse siempre por sus principios democráticos y su compromiso con toda la sociedad veracruzana.
Suburbio 1
Una buena idea sería no participar y pedir a la Junta que se publique la convocatoria. O sea, ¿para qué echar leña al fuego?
