Internacional

Referéndum es sólo el comienzo; desafío independentista

02 de Octubre de 2017 08:56 /

Bajo la lluvia, a las 9:04 de la mañana y ante unas 300 personas que se concentran en la esquina de las calles Àngels y Peu de la Creu, se abrieron las puertas del Grupo Escolar Mila i Fontanals. Se acabó la incertidumbre. Hubo urnas y se pudo votar. Miles de personas respondieron, con ciertas dificultades y constantes fallos en el sistema informático, a la pregunta: ¿Quiere que Cataluña sea una Estado independiente en forma de República?

Poco después de que el equipo de una televisora portuguesa finalizara su enlace en vivo, una voz masculina surgió de las puertas de la escuela y le habló a la multitud: “Pongan sus móviles en modo avión”, gritó. Centenares de ciudadanos que se arremolinan a las puertas de esta escuela del céntrico barrio de El Raval obedecen la indicación.

La jornada que comenzaba así, con aparente normalidad, se topó con su primer obstáculo: la conexión a internet y el sistema informático no funcionaban. Por ese motivo se pidió a los presentes que bloqueen el internet de sus celulares, con la esperanza de poder reconectar el sistema. La Guardia Civil cortó la conexión a internet de algunas sedes electorales. Pero, “a cada dificultad, dos soluciones”, había dicho el presidente catalán, Carles Puigdemont, y los centros afectados optaron por registrar los votos de forma manual, en papel.

Comenzó la votación. Se formaba una fila a lo largo de dos cuadras, avanzaba muy poco a poco bajo una lluvia intermitente. La prioridad la tenían las personas de avanzada edad. A los más jóvenes se les pedía formar un cordón de seguridad para evitar la eventual entrada de la policía.

Las conversaciones en la fila surgieron de manera espontánea. Las novedades de la jornada comienzan a llegar: “Ya empezó la represión. La policía está pegando porrazos”, informa Jordi a los desconocidos que están a su lado. Lo acaba de escuchar a través de una pequeña radio portátil. “Esperemos que no hagan daño a nadie”, le respondió, preocupada, María del Carmen, de 65 años.

Se corrió la voz. La gente comenzaba a conectar sus celulares. Las primeras imágenes y videos de policías españoles golpeando a la gente alebrestaron los ánimos. “¿Tú crees que es necesario hacer esto?, preguntó Angels: “Es patético y muy triste”, zanja.

Eugenia Barrachina vivió estos días “con mucha emoción” pero también con “nervios”. Sospechaba que algo así podría pasar: “esta es la España de la que nos queremos ir”, comentó a Excélsior.

Para Yolanda “esta represión” es como “volver al franquismo”. Lamenta que la jornada se vea “manchada” por incidentes de violencia como muestran las imágenes que le llegan por WhatsApp. “Los catalanes somos gente pacífica y lo único que queremos es votar”.

A las 11, en el punto de votación del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) la jornada marchaba con cierta normalidad. De entre la fila de votantes destacaba una joven que llevaba un ramo de claveles rojos. Se llama Jordina Miquel y tiene 27 años. “El clavel es símbolo de democracia, de resistencia pacífica”, le explicó a este diario.

Dijo que llevaba toda la mañana alerta por si la policía se presenta en este centro electoral. “Sabía que íbamos a tener problemas, pero para los jóvenes hoy era un día para estar en la calle y defender nuestro derecho a votar”.

No es un domingo cualquiera. Las calles del centro de Barcelona están tranquilas, pero se palpa la tensión. Las radios y las televisoras relatan incidentes aquí y allá, los ocurridos en las grandes ciudades y en pueblecitos de los que casi nadie sabe.

Si hubiera que elegir imágenes que resuman lo sucedido ayer se podrían utilizar dos. Por un lado, centros electorales abiertos donde la votación, con muchas dificultades, se pudo desarrollar y donde ciudadanos como Josefina, que un poco antes de las 7 de la tarde y a pesar de sus 87 años, acudía a votar, caminando con dificultad y apoyada en un bastón. “Este es un día muy importante para mí. Estoy muy emocionada” dijo entre lágrimas a Excélsior, tras depositar su voto.

Por otro lado, están las imágenes de tensión y graves incidentes a causa de la agresiva intervención de la policía golpeando a mujeres, ancianos e incautando urnas a puñetazos bajo la resistencia pacífica de la gente.

DERROTA PARA RAJOY

En estos años se ha acusado a Mariano Rajoy de ser uno de los principales instigadores del independentismo por su incapacidad política para la negociación y su inacción. Ayer sí actuó, pero lo hizo sólo con sus policías y sus jueces.

Casi 12 horas después de que se iniciara la intensa crónica, a las puertas de la misma escuela Mila i Fontanals deja de llover y comienza el recuento electoral. Una multitud de jóvenes grita para celebrar lo que para ellos es “una gran victoria moral”: “Hem votat. Els carrers seran sempre nostres” (“Hemos votado. Las calles serán siempre nuestras”). El desafió catalán en el camino a su independencia de España no ha hecho más que comenzar. Quedan meses de conflicto. Acaba de empezar el otoño, pero en España un largo invierno está por llegar.

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