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Hacinamiento Infantil La Doble sentencia de las madres recluidas

10 de Mayo de 2018 12:01 /

Gabriela Rasgado

Xalapa, Ver.-Hacinamiento, malos tratos, elaboración de alimentos en condiciones insalubres, falta de espacios para la recreación de sus pequeños.

Así es la vida de 44 mujeres que, hasta noviembre de 2016, vivían con sus hijos en los centros de reclusión de Veracruz.

De acuerdo con el informe especial de las mujeres en reclusión en 2016 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ser madre en los penales veracruzanos representa una doble sentencia, pues las mujeres deben soportar vejaciones frente a sus hijos, la falta de las condiciones mínimas de estancia, y el estancamiento en el desarrollo de sus vástagos.

El análisis, que revela las condiciones de los 214 centros penitenciarios donde se albergan mujeres –de los 379 existentes-, destaca que en Veracruz, particularmente en el penal zona 1 de Pacho Viejo, la convivencia madre-hijo es una auténtica pesadilla.

Ser madre en una cárcel de Veracruz

Las 44 mujeres distribuidas en los penales de Pacho Viejo, La Toma –en Amatlán de los Reyes- y el Duport Ostión en Coatzacoalcos, tienen a su cargo a 47 menores de edad, es decir, algunas de ellas conviven con más de un hijo en las cárceles.

La Comisión alerta que al ser la población de mujeres minoritaria, la infraestructura, la organización y el funcionamiento de los establecimientos de reclusión han girado en torno a las necesidades de los hombres y por tanto no se observa el desarrollo de políticas públicas encaminadas a atender las necesidades de las mujeres y sus hijas e hijos.

De acuerdo a los datos reportados en el Informe Especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre las mujeres internas en los centros de reclusión de la República Mexicana en 2015, de las mil 772 internas entrevistadas, el 61.06 por ciento se encuentra en un rango de edad entre 18 y 40 años, periodo en el que las mujeres están en edad reproductiva o incluso pueden ya ser madres.

Las cárceles de Veracruz no disponen de un espacio adecuado, por lo que se observa que en ocasiones se comparte la cama entre madres, hijas e hijos, encontrando algunos casos en donde la interna tiene a más de una niña o niño con ella.

Solamente, de las tres penitenciarías evaluadas, el Centro de Readaptación Social de la Toma, en Amatlán, reúne las condiciones mínimas para la estancia de madres e hijos.

A nivel país, en 65 centros las internas refirieron que no se proporciona alimentación especial a los menores que viven con ellas, los alimentos son de mala calidad e insuficientes, asimismo se les restringe el ingreso de alimentos para sus hijos, como es el caso de frutas, leche en polvo y alimentos varios dirigidos a bebés.

Y particularmente, en el centro de Reinserción Social Zona I Pacho Viejo, en Veracruz “se reportó que la elaboración y distribución de la comida se realiza en condiciones insalubres”.



Ante este panorama, la Comisión Nacional pugna por que las autoridades de todos los estados puedan adoptar medidas especiales de protección y asistencia en favor de las madres y niños que se desarrollan en los centros penitenciarios.

“Es necesario que las autoridades responsables y corresponsables cumplan con la obligación de privilegiar el derecho de las niñas y niños a convivir con sus madres privadas de su libertad, aun cuando hayan nacido previo al internamiento de sus madres atendiendo en todo momento el Interés Superior de la Niñez, en términos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los instrumentos y estándares internacionales, la Ley Nacional de Ejecución Penal y la normatividad de la materia, incluyéndose su inclusión en el Programa Nacional de Protección Integral y las Recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño”, indica la CNDH.

Además, expresa que es necesario establecer un programa nacional que considere hacer una planeación presupuestal multianual para contar con instalaciones exclusivas para mujeres, mínimo un centro por entidad federativa, así como espacios para quienes se encuentran cursando un embarazo, lactancia o quienes tengan viviendo con ellas a sus hijas o hijos.

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