En medio de la oscuridad y bajo la mirada de una pintura de la virgen María Reginaldo y Catalina se reencontraron después de 20 años. Lugar: Albergue de Las Patronas, Amatlan, Veracruz.

Catalina defendió con paso lento del autobús de la Caravana de Madres Migrantes que buscan centroamericanos desaparecidos. Un hombre le había prometido que hoy vería a su hijo después de que dejó de saber de el cuando tenia 11 años.

Reginaldo llega a la central camionera procedente de la Ciudad de México, el mismo hombre que le prometió a Catalina el reencuentro ya lo espera en la estación,meses antes lo ayudó a restablecer contacto con su familia, hoy lo llevara para verse frente a frente.

Cerca de las siete de la noche el llanto y los abrazos no paran, el amor se desparrama entre madre e hijo, no puede ser de otra forma cuando tienen dos decidas de no saber nada el uno del otro.

El hijo salió de Guatemala cuando tenia 11 años, quiera un futuro mejor que su pequeño pueblo lleno de pobreza no podía brindarle; su madre mujer de cabello cano y andar encorvado lo buscó pero no lo hallo.

En México Reginaldo trabajo en ferias, tráileres y puestos de tacos, ahí precisamente conoció a la persona que lo ayudó a contactar con su familia. En un puesto en la colonia Doctores de la Ciudad de México le contó su historia.

Hoy finalmente se ven, Reginaldo se aferra al delgado cuerpo de su madre, también abraza a su hermana y a su sobrino del cual hasta el día de hoy desconocía su existencia.

Reginaldo quiere viajar, el reencuentro parece insuficiente para todos los años que han pasado, quiere ir a Guatemala donde está su demás familia, como hoy con su madre, quiero abrazarlos, darles amor y decirles cuanto los extrañó.

CC