Celebridades

Angelina Jolie, actriz combativa

17 de Septiembre de 2017 12:44 /

a primera vez que Angelina Jolie visitó Camboya fue en el año 2000, pues fue ahí donde la producción encontró las lo­caciones ideales para la cin­ta de acción Lara Croft: Tomb Raider.

Desde ese momento la ac­triz se enamoró del país, al que regresó como parte de la High Commission for Refu­gees de la Organización, de las Naciones Unidas.

Dos años después de ese primer encuentro, la actriz adoptó al primero de sus seis hijos: Maddox y después si­guió trabajando como acti­vista a favor de dicho país.

Por ello es que en su nueva cinta First I Killed My Father, Jolie busca ofrecer al especta­dor una mirada al horror de la evacuación masiva de Phnom Penh y su lucha por sobrevi­vir durante aquellos años en los que murió un cuarto de la población comboyana (cerca de 1.7 millones de personas) a causa del hambre, los traba­jos forzados y las ejecuciones.

La cinta es una adaptación de las memorias de la activis­ta camboyana Loung Ung du­rante los años que gobernó el Jemer Rojo (1975-1979).

“Nunca terminas de aprender de un país al que amas. Ha sido un privilegio para mí hacer esta cinta con Loung (Ung), el equipo de producción y aquellos que vi­vieron esa época negra en la historia de Camboya.

“Cada día en el set estuve muy consciente que le pedía a la gente recrear episodios de su vida, en los que inclu­so perdieron a miembros de su familia.

“Sentí una gran responsa­bilidad por hacerle justicia a su experiencia, dijo Jolie.

Quien fuera esposa de Brad Pitt, leyó First They Ki­lled My Father: A Daughter of Cambodia Remembers, de Loung Ung, poco después de su publicación en el año 2000.

“La historia de Loung pro­fundizó para siempre mi comprensión de cómo los niños experimentan la gue­rra y se ven afectados por la memoria emocional de la misma.

“Capturar estas experien­cias a través de la pelícu­la me pareció importante y también un reto convincente artísticamente hablando.

“La experiencia cambo­yana es muy relevante para la comprensión de los con­flictos de hoy, por su impacto deshumanizador de la ideo­logía política extrema, el tren de acontecimientos que ha­cen al genocidio posible y el verdadero costo humano de la violencia.

"Al mismo tiempo, nos da esperanza mostrando la re­siliencia de una familia, un pueblo y una cultura”, agregó.

Para la realización de la historia, miles de personas, en su mayoría camboyanos, participaron como extras, técnicos y otros trabajos re­lacionados con la producción de esta historia que es narra­da desde la perspectiva de una niña de cinco años.

“Cuando cuentas una his­toria real, puedes crear reac­ciones más profundas.

"Los camboyanos son personas muy espirituales. Tienen una conexión con la naturaleza y espíritus del pa­sado. Así que cuando recreas una historia, para ellos es­tás llamando a su pasado y a sus fantasmas. Por ello sien­to una gran responsabilidad”, finalizó.


PP

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