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Un Rezo Desesperado La visita de un hombre de Dios a un predio maldito

25 de Agosto de 2017 15:49 /

Un abrazo fraterno y un rezo, esos fueron los regalos de Alejandro Solalinde para las madres del colectivo Solecito de Veracruz que buscan incansablemente a sus hijos en el cementerio clandestino más grande del país.

Las buscadoras por un momento se llenaron de esperanza, las oraciones les brindaron un poco de paz y las impulsan a seguir su trabajo rastreando desaparecidos.

Los brazos y las palmas abiertas, la mirada al cielo... Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino... Persigarse y escuchar.

Escuchar el dolor, los obstáculos las dificultades, a eso vino Solalinde, para después en conjunto buscar alguna estrategia para sortear las trabas gubernamentales y lograr justicia.

"Es una forma de solidarizarme con ellas, la misión intinerante que yo realizó es una forma de hacer un acompañante pastoral, (...) Vamos a juntarnos con las demás compañeras, vamos a platicar los avances que hay, hallazgo que ha habido", declaró el religioso.

La Policía a revisar todo, la lista de los que podrán acceder, las camionetas, los celulares, todo se registra, sin embargo ante Solalinde la actitud cambia de manera extraña, los vigilantes que normalmente prohíben siquiera acercarse al lugar se vuelven amables, dóciles y accesibles.

Solalinde, hombre de dios, entra al infierno completamente vestido de blanco, como si el crucifijo en el pecho lo protegiera del horror que se encuentra en las entrañas de ese predio maldito.

CC

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