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Polanc conquista el volcán Etna en el Giro de Italia

09 de Mayo de 2017 13:40 /

El esloveno Jan Polanc (EAU), escapado de principio a fin y desafiando el viento de cara final, firmó una hazaña en la cuarta etapa del Giro de Italia, entre Cefalú y el Etna, de 181 kilómetros, la primera llegada en alto de la edición del Centenario.

Una jornada épica en la que el luxemburgués Bob Jungels (Quick Step) se enfundó la 'maglia' rosa de líder.

Premio para Polanc, de 24 años, valiente y duro como la lava petrificada del paisaje volcánico del Etna. Se fugó de inicio, nadie creía en su llegada a buen puerto y ganó la lucha contra el viento de cara y el grupo de favoritos, que le iba pisando los talones.

Jungels se enfundó la 'maglia' rosa que le consiguió a su compañero colombiano Fernando Gaviria el pasado domingo, el día que provocó un espectacular abanico que quedará para la historia del paso del Giro por Cerdeña.

También de 24 años, como Polanc, Jungels, mejor joven y dos días 'maglia' rosa en el Giro 2016, es el nuevo capo de la general, solo con 6 segundos de ventaja sobre Thomas y 10 sobre el resto de ilustres, pero con perspectivas de aguantar unos días de rosa.

Etapa desde la localidad balneario de Cefalú, un paraíso para los sicilianos que buscan soltarse el estrés, hasta un punto intermedio de la carretera que trepa al volcán Etna, el más grande de Europa, aún con vida de fuego. Como si hubiese prisa, la carrera salió al esprint para cubrir 51 kilómetros en la primera hora, merced a la euforia temprana de Alafaci (Trek), Van Rensburg (Dimension Data), Polanc (UAE Emirates) y Brutt (Gazprom).

Polanc ya iba en solitario a 15 kilómetros de la meta, situada a mil 892 metros de altitud tras salvar un desnivel de más de mil metros, a la mitad de la morada del cráter, símbolo del monumento natural Patrimonio de la Humanidad.

El esloveno llegó "muerto, en el día más duro" de su vida, pero la victoria le resucitó de inmediato. Merecida y celebrada.

Después del primer examen en alto volverá la calma en la quinta etapa con un recorrido de 159 kilómetros entre Pedara y Messina propicio para otra exhibición de los velocistas. La carrera llega a la ciudad natal de Vincenzo Nibali, todo un regalo para "El Tiburón" en el Giro del Centenario.


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