Internacional
Arrecia batalla por niños transexuales en España

Foto por: Excelsior /
Arrecia batalla por niños transexuales en España
11 de Marzo de 2017 10:21 /
Una imagen: cuatro menores corren desnudos sonrientes tomados de la mano; en el centro una niña con pene y un niño con vulva. El mensaje que acompaña el cartel dibujado dice: “Hay niñas con pene y niños con vulva. Así de sencillo. Hablemos de ello”.Éste fue un anuncio que apareció el pasado enero en un centenar de espectaculares de varias ciudades del País Vasco y Navarra –en el norte de España– como parte de una campaña impulsada por la asociación de familiares de menores transexuales, Chrysallis Euskal Herria. Estos carteles intentaban sensibilizar sobre una realidad tan concreta como invisible: la de los menores transexuales.
Esta campaña, que pasó casi desapercibida en el resto de España, está en el origen de la última polémica en ese país: el llamado autobús “tránsfobo” que, a instancias de la organización ultra
católica Hazte Oír, intentó de momento, sin mucho éxito, recorrer varias ciudades españolas con un mensaje que parece ser la contracampaña de la lanzada por Chrysallis.
PROHIBIDO CIRCULAR
"Los niños tienen pene y las niñas vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”, eran las palabras que se podían leer en el autobús color naranja que, tras circular un par de horas por las calles de Madrid, fue inmovilizado, primero, por la Policía Municipal de Madrid, alegando que el vehículo violaba el reglamento municipal sobre la publicidad en la vía pública.
Después vino el frenazo judicial. Un magistrado español prohibió la circulación del vehículo al considerar que esta campaña supone “un acto de menosprecio a las personas de orientación sexual distinta para lesionar su dignidad”. El autobús, según el auto del juez, no podría salir a la vía pública hasta que no retirara los mensajes contra la transexualidad que lucía en sus costados.
Para sortear el veto judicial el colectivo Hazte Oír se las ingenió y volvió a las calles con otro autobús más pequeño y con el mensaje mínimamente cambiado. ¿Los niños tienen pene? ¿Las niñas tienen vulva?. Al añadirle signos de interrogación y suprimir parte del eslogan original, la organización ultraconservadora pretendía seguir con su ruta por ciudades españolas.
EL MENSAJE QUEDA “CENSURADO”
Pero a esta historia de controversia no acaba aquí. En los últimos días surgió un nuevo capítulo: la organización ultracatólica presentó otro autobús que con modificaciones en su polémico lema, que ahora es: “los niños tienen ‘censurado’, las niñas tienen ‘censurado’, omitiendo las palabras “pene” y “vulva” del original.
De esa manera pretenden convertir su campaña en una defensa de la libertad de expresión. “No nos vamos a amedrentar”, dijo en múltiples ocasiones el presidente y fundador de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, que se ha presentado ante los medios de comunicación como víctima de una campaña contra su “derecho a la libertad de expresión” y acusó que la retención del autobús es un triunfo de la “inquisición gay”.
Pero la ruta por España que pretende hacer Hazte Oír será todo menos plácida. A tenor de las fuertes protestas que se dieron tanto en Madrid como en otras capitales españolas como Valencia y Barcelona, donde sus respectivas alcaldesas mostraron su repudio contra el autobús, se puede prever que los obstáculos no han terminado.
ACOSO Y SUICIDIOS
A la condena de los representantes públicos se sumaron también las denuncias que los colectivos de Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgénero e Intersexuales (LGTBI) interpusieron contra la ONG ultracatólica acusándola de “incitar al odio”. El portavoz de Arcopoli, Rubén López, señaló que esta campaña lo único que hace es añadir más angustia a un colectivo que “ya bastante sufre a diario el acoso transfóbico en las escuelas”.
De acuerdo con datos de la la asociación Chrysallis Euskal Herria los menores transexuales padecen una alta tasa de suicidio que alcanza 42%, sin olvidar el acoso al que en muchas ocasiones se ven sometidos estos menores.
España es uno de los primeros países que adoptaron, durante el gobierno del socialista José Luís Rodríguez Zapatero una ley en favor de los derechos de los transexuales, que, por ejemplo, pueden modificar la referencia del nombre y sexo en sus documentos de identidad sin necesidad de someterse a una operación genital y sin procedimiento judicial.
UNA REALIDAD
QUE ERA INVISIBLE
Lo paradójico es que esta campaña y el autobús de Hazte Oír puso en el centro de la opinión pública una realidad que por años ha sido invisible: la transexualidad infantil.
En los últimos días no se ha hablado de otra cosa en España, y los medios de comunicación dieron una cobertura inusitada a las historias de niños y niñas transexuales.
Como la de Pablo Sanjosé, un niño transexual de 15 años que critica el mensaje tránsfobo que Hazte Oír intentó pasear por las calles de Madrid: “Yo nací mujer y ahora soy un hombre y soy un hombre que tiene vulva. Me parece una barbaridad en pleno siglo XXI que vaya un autobús así por Madrid”.
O Alexa, una niña transexual de 14 años, que dice que el mensaje “es de ignorantes”, y se muestra preocupada de que pueda “frenar a algunos niños o niñas no den el paso por miedo al rechazo”
SÓLO SEIS PALABRAS
En una decena de regiones españolas ultiman o han aprobado leyes contra la discriminación por orientación sexual, por lo que una de las estrategias de la campaña de Hazte Oír es protestar en contra de lo que ellos llaman “el adoctrinamiento sexual”. Y para eso editaron un libro bajo el título El Libro Prohibido en el que, por ejemplo, se muestran contrarios a que a los niños se les enseñe en las escuelas qué es la transexualidad.
El sexólogo Aingeru Mayor, presidente de Chrysallis Euskal Herria, dijo que “hubiera bastado que el colectivo ultracatólico hubiera añadido seis palabras” al polémico lema de su autobús para estar de acuerdo con ellos: “en la mayoría de los casos”. Esto convertiría la frase en una certeza que nadie podría negar: que, habitualmente, los niños varones tienen pene y las niñas, vulva. Seis palabras que son capaces de separar dos mundos.
LOS DILEMAS DE LA LIBERTAD
La campaña de Hazte Oír, y la posterior prohibición judicial para que su autobús circulara con el lema rotulado “los niños tienen pene y las niñas tienen vulva. Que no te engañen” reavivó el debate en este país sobre los límites de la libertad de expresión.
¿Cuándo se cruza la delgada línea que separa la polémica al delito? La controversia no es sencilla de resolver pero la mayoría de expertos consultados por Excélsior muestran su prevención sobre restringir o limitar la libertad de expresión, con independencia de que el mensaje sea o no adecuado.
El magistrado Ignacio González Vega, portavoz de Jueces para la Democracia, consideró que la campaña de Hazte Oír no incurre en ningún delito penal y que el mensaje está amparado en el derecho a la libre expresión. “Defendemos ante todo la libertad de expresión y creemos que la calle es un espacio público para confrontar ideas aunque no las compartamos y nos parezcan retrógradas y equivocadas”, expuso a este diario.
El catedrático de Derecho constitucional de la Universidad del País Vasco, Eduardo Vírgala, considera que los límites a este derecho se recogen en el Código Penal español y éstos son incitación a la violencia o a la discriminación a determinados colectivos. Y en este caso –argumenta– no ve un delito de “incitación al odio o a la violencia”, aunque aclara que está en contra del mensaje del autobús.
Los dos juristas defienden la conveniencia de hacer una interpretación no restrictiva del derecho a la libertad de expresión. “Si se prohíbe el autobús, se corre el riesgo de que se prohiban más cosas”, advierte el catedrático. “La libertad de expresión tiene que amparar tanto las ideas como el humor negro y la sátira, siempre necesarias en una democracia”, añade el magistrado.
La respuesta a ese topo de mensajes, coinciden, debe ser “en positivo”.
PP