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Vivir en el Terror El altar a la virgen indica el lugar al que no se deben acercar en El Tejar

17 de Enero de 2018 17:04 /

GABRIELA RASGADO.-

A menos de diez metros de la avenida Murillo Vidal, una de las más importantes de la capital del estado, cuelga de un árbol un lienzo de la Virgen de Guadalupe. Ha cumplido tres días en el lugar, desde que fue colocado por vecinos de El Tejar.

Inicialmente, la imagen tenía dos fines: pedir por la paz de ese lugar y dejar marca del sitio exacto donde el sábado por la noche fue dejada una camioneta con 18 brazos, 18 piernas, 9 cabezas y 9 troncos humanos, hechos que indaga de manera directa ya la PGR.

Ahora, el altar cumple con otra función también importante: marca el punto al que no deben acercarse los veladores del fraccionamiento más allá de la medianoche.

A cambio del anonimato, algunos habitantes accedieron a hablar sobre la manera en la que transcurre la vida en el lugar, que parece haber vuelto a la “normalidad”.

Vivir en el terror

“Un infarto, sentí que me venía un infarto”, recuerda como su primera impresión una maestra que es vecina del lugar, tras enterarse de los hechos del sábado pasado.

La mujer, con más de 20 años de vivir en Xalapa, también rememora que la policía les dijo a ellos que se coordinaran para su propia seguridad.

El fraccionamiento, de acuerdo a sus dichos, cuenta con más de 60 cámaras instaladas por los vecinos, que no han impedido que los delincuentes hagan de las suyas con toda la impunidad característica de un estado sin ley.

En otro punto del lugar, sobre la Avenida Lomas del Tejar, la principal del fraccionamiento, un hombre de 62 años recorre la calle.

Es uno de los veladores, que ha dejado 17 años de su vida ahí. Aunque señala que a él no le tocó estar presente en el suceso del sábado, a su compañero que sí estaba en su turno esa noche, los vecinos le dijeron que afortunadamente no vio el momento exacto del abandono de la camioneta “porque si no le hubiera ido mal”.

Para el vigilante, “hasta el más ignorante sabe quiénes son y por qué, tanto a los que mataron, como los que los mataron ya saben y suponen quiénes son”, con relación al hecho, el primero en su tipo en el fraccionamiento, pues aunque ha habido otros sucesos similares, han sido en colonias colindantes.

Su tarea de vigilancia, consistente en realizar recorridos por las calles de la demarcación en el turno que les toque, admite, se ha vuelto peligrosa.

“Ellos –los habitantes- sí están atemorizados porque pusieron eso ahí y nosotros pues sí andamos con cuidado, porque hay que hacer recorridos cada hora, pero con esto hasta la 1 vamos para allá abajo –donde dejaron la camioneta- ya de las 2 para delante llegamos por aquí y nos regresamos a la caseta”, dice señalando una de las privadas antes de llegar a Murillo Vidal.

Recuerda que hace algunos años lo más grave que se veía era el paso en vehículos de personas en estado de ebriedad que insultaban a los vecinos y a los propios vigilantes, arrojaban botellas de vidrio en las calles desde dichos vehículos o se paraban, al igual que los taxistas, a hacer sus necesidades en las zonas de arboledas y con menos iluminación.

“He visto el peligro pero Dios ayuda y hasta ahorita no lo había visto aquí. Hace como unos ocho años reventaron una botella en el piso y se hizo polvito, es lo único, botellazos, gente grosera, borrachos.

“Sí ha habido robos pero uno o dos al año, es una zona tranquila. Para los años que llevo no es muy peligrosa, pero sí hay que tener cuidado”, observa.

La Virgen de Guadalupe colocada desde la mañana del domingo es el lugar al que ya no se deben acercar entrada la noche.

“Anteriormente a esto, a la una, dos, tres o cuatro de la mañana, según mi turno que es cada hora, iba hasta allá hasta el retorno; de esto que pasó, hasta la una doy mi turno entero, ya después observo desde un portón negro si está todo tranquilo y me regreso porque sí está peligroso”.

El hombre señala que, al igual que hizo con los vecinos, la policía le dijo a los vigilantes que tengan cuidado con los delincuentes porque andan armados.

“La policía sí tiene temor y también siente temor porque nosotros andamos sin nada, no tenemos armas porque somos preventivos; no nos metemos para nada, solo cargamos tolete y gas y el celular de todos los vecinos”, dijo.

Otro hombre más joven, muy breve en su comentario, afirma no tener miedo "pues no es nada en contra de nosotros".

16 muertos en cuatro meses

La colonia Álvaro Obregón y el Tejar, han sido escenarios del asesinato y abandono de 16 personas en solo cuatro meses.

El pasado 17 de octubre, fueron ejecutados dos hombres cerca de una cancha de futbol, que posteriormente fueron identificados como Guillermo Luna Landa y Fidel Candanedo Hernández.

Para el 19 de noviembre, en la misma colonia, colindante con El Tejar, fueron abandonadas 11 bolsas negras que en su interior tenían los restos de cinco personas descuartizadas, que se dedicaban, de acuerdo con familiares, a la compra y venta de chatarra.

A la lista, se sumaron los nueve cuerpos del sábado, que fueron abandonados en una camioneta, amontonados y con mensajes dirigidos a mandos policiacos.

PGR atrae el caso

De acuerdo con las autoridades, la principal línea de investigación es la presunta conformación de la banda “los tigrillos” o “los tiliches”, dedicada mayormente al delito del secuestro, a la extorsión y al cobro de derecho de piso, según datos que obran en diversas investigaciones.

La Fiscalía General del Estado (FGE), ha confirmado que al tratarse de un tema de delincuencia organizada, la Procuraduría General de la República (PGR), ha atraído el caso y revela solamente que los cuerpos fueron reconocidos y entregados a sus familiares.

Sin embargo, también ha reconocido que pese a saber de su operación en la zona de Coatepec, Xalapa y sus alrededores, no los habían detenido por no encontrar elementos suficientes para judicializarlos.

“No teníamos datos para judicializar pero ya se les seguía una investigación”, dijo recientemente el fiscal Jorge Winckler Ortiz ante medios de comunicación. Este día, confirmó a Los Editores que el caso está en el ámbito federal, pues la delincuencia organizada no es competencia de autoridades estatales.

CC

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