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Fallece embajador que confrontó a Pinochet; fue senador y diputado

16 de Octubre de 2017 09:23 /

Hace 44 años Gonzalo Martínez Corbalá escribió una de las páginas más memorables en la historia de la diplomacia mexicana, porque a pesar de ser un ingeniero civil de profesión, en su vida demostró ser un gran diplomático y un enorme político, que el 11 de septiembre de 1973 confrontó a Augusto Pinochet para poner a salvo a los chilenos, luego de que el militar matara a Salvador Allende.

A los 89 años de edad, ayer murió don Gonzalo Martínez Corbalá, el discípulo del general Lázaro Cárdenas que hasta el último momento de su vida mantuvo su convicción de izquierda revolucionaria; esa izquierda histórica que surgió de la revuelta armada y se metió en la clase militar para construir esta nación desde esa visión de que el poder político debe estar al servicio de las masas.

Leal a los gobiernos priistas hasta que la dinámica neoliberal venció los ideales revolucionarios, Gonzalo Martínez Corbalá fue considerado como un gran político y un diplomático nato, por la forma en que utilizó su inmunidad diplomática para poner a salvo a las familias chilenas que debieron salir de su patria, porque Augusto Pinochet los perseguía y les daba muerte, en función de su ideología.

En 1992, el gobierno de Chile le confirió la Orden al Mérito justamente por la forma en que brindó ayuda a los chilenos, cuando el golpe de Estado de Pinochet y el asesinato del presidente Salvador Allende, quien según los testimoniales históricos, tenía un lazo de comunicación muy importante con México, a través de Martínez Corbalá.

Nacido el 10 de marzo de 1928 en la ciudad capital de San Luis Potosí, Gonzalo Martínez Corbalá gobernó su estado de forma interina, luego de que Fausto Zapata fuera obligado a renunciar, y aunque tenía la intención de someterse a elecciones para quedarse un periodo constitucional de seis años, la tensión política en la entidad hizo imposible ese propósito.

Fue senador de la República de 1982 a 1988, justamente en el último sexenio en que el PRI ostentó el poder absoluto en el país; fue presidente de la Cámara de Diputados en 1990, ya había sido diputado federal de 1964 a 1967 y ocupó diversos cargos en el Ejecutivo Federal, en diversos gobiernos.

También fue embajador en Cuba, donde se hizo muy amigo de Fidel Castro y fue el responsable de tejer los lazos de amistad entre ambas naciones, pero también artífice del apoyo económico, político y social que los distintos gobiernos priistas brindaron a Cuba.

Su origen revolucionario lo hizo muy apreciado por la izquierda mexicana, pero aunque se alejó de la vida interna del partido, él se mantuvo como militante priista; en marzo del año pasado el PRI le entregó un reconocimiento como uno de sus militantes distinguidos; el expresidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, entregó esa distinción.

El PRI en San Luis Potosí lamentó la muerte del ingeniero civil que en apego a los pasos seguidos por su mentor político, Lázaro Cárdenas, en apoyo a los españoles perseguidos por Franco, abrió las puertas de México a los chilenos perseguidos por la dictadura pinochetista.

CUANDO PLANEÓ EL RESCATE DE NERUDA
El 27 de abril de 2013, el periódico español El País publicó, en el contexto de la exhumación de los restos de Pablo Neruda (cuyos resultados se examinarán esta semana), un reportaje acerca de la labor de Gonzalo Martínez como embajador en Chile y las acciones que realizó para rescatar al poeta.

De igual manera, el medio chileno La Tercera recordó el apoyo del embajador mexicano a los chilenos durante la persecución de Augusto Pinochet a opositores de su gobierno.

De acuerdo con ambos medios, el diplomático mexicano adquirió un gran prestigio político por su actuación como embajador en Chile (1972-1973). Ofreció asilo político al poeta Pablo Neruda y fue una de las últimas personas que lo vio con vida. Según El País, el embajador había ido a visitarlo para convencerlo que aceptara el ofrecimiento del gobierno mexicano y partiera al exilio; Neruda aceptó, sin embargo, un día antes de la fecha acordada, el literato murió.

A pesar de no haber podido rescatar a Neruda, el primer grupo que salió de Chile estaba encabezado por la viuda de Salvador Allende (con quien Martínez habló dos días antes del golpe de Estado), Hortensia Bussi, y sus dos hijas, Carmen Paz e Isabel.

México acogió entre seis mil y ocho mil ciudadanos chilenos entre 1973 y 1990. Al menos 400 solicitudes de asilo fueron gestionadas por Martínez Corbalá.

Al recibir de parte del gobierno chileno la Orden al Mérito, en 1992, Martínez Corbalá declaró: “Nunca negamos a nadie la petición de asilo. Preferí equivocarme y aprobar la entrada de alguien que quizá exageraba, a dejarlos a la intemperie”.

D.

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