Internacional

Dos presos se dan a la fuga durante almuerzo con el Papa

12 de Octubre de 2017 08:40 /

La policía italiana busca a dos presos que participaron en una comida que celebró el papa Francisco con pobres y necesitados durante su visita a Bolonia (norte del país) el 1 de octubre y que aprovecharon para huir, según medios locales.

El suceso ocurrió durante el almuerzo organizado en la basílica de San Petronio, en el que participaban pobres y reclusos, cuando estos dos hombres, napolitanos (sur de Italia), se alejaron y escaparon del lugar, de acuerdo con las informaciones.

Los dos sujetos ya habían cumplido sus penas, pero seguían detenidos y realizaban un programa de reinserción social, pues las autoridades italianas les consideraban “socialmente peligrosos”.

La policía trata de dar con su paradero y, una vez sean encontrados, deberán volver a iniciar el programa de reinserción, indicaron los medios.

El papa Francisco visitó el 1 de octubre las ciudades de Cesena y Bolonia, donde afirmó que la corrupción es “la carcoma de la vocación política” y pidió a los gobiernos que adopten programas de acogida y abran corredores humanitarios para refugiados.

“MEDIDA INHUMANA”

Por otro lado, el líder de la Iglesia católica rechazó ayer con firmeza en el Vaticano las condenas a pena de muerte y afirmó que son inadmisibles por ser “una medida inhumana que humilla la dignidad personal”.

“Se debe afirmar con fuerza que la condena a pena de muerte es una medida inhumana que humilla la dignidad personal”, dijo Jorge Bergoglio durante una audiencia que mantuvo con los participantes en un encuentro promovido por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

El Papa consideró que la pena de muerte “perjudica fuertemente la dignidad humana” y destacó que “es contraria al Evangelio”.

“Se decide voluntariamente suprimir una vida humana, que es siempre sagrada a los ojos del Creador y de la que Dios, en última instancia, es el único juez y garante. Ningún hombre, ni un criminal, pierde nunca su dignidad personal”, subrayó.

“A nadie, por tanto, se le puede quitar no sólo la vida sino la posibilidad de una redención moral y existencial que torne en favor de la comunidad”, añadió.

Finalmente, destacó que “por muy grave que sea el delito cometido, la pena de muerte es inadmisible porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”.

COLUMNAS

Carpe Diem
Manolo Victorio
Café de mañana
José Luis Enríquez Ambell
Entre columnas
Martín Quitano Martínez
Punto y coma
Yair Ademar Domínguez
¿Bailar o Escribir?
David Martín del Campo