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El equipo del dictador Bashar Al Assad

09 de Octubre de 2017 14:44 /

Damasco, Siria. La plaza central se vuelve a llenar como hace seis años, hay pantallas por todos lados, la gente canta, grita, pero esta vez no es en contra de Bashar al Assad, el dictador sirio que busca limpiar su imagen con el futbol.

En 2011, ese sitio fue uno de los tantos que los sirios tomaron para manifestarse pacíficamente contra el régimen de su país y esos gritos de protesta desencadenaron una Guerra Civil que perdura. El ruido es ahora provocado por un gol de Omar Al Somah, que empató el partido de ida con Australia y mantiene a las Águilas de Qasioun con la posibilidad de ir a Rusia 2018.

"El futbol no ha unificado al pueblo sirio, porque están esencialmente bajo la autoridad del régimen. Todas las articulaciones de la vida y las instituciones cívicas en Siria están bajo la autoridad del ejército y del partido”, comentó a Excélsior Anas Ammo, periodista deportivo sirio refugiado en Turquía.

Bashar al Assad descubrió que el ruido que produce un gol es más fuerte que el de una bomba. El equipo de Siria no juega en su país desde que estalló la guerra porque no ofrece las garantías mínimas a sus rivales y aun así el poder del dictador se mantiene dentro del equipo. Siria necesita ganar mañana a Australia, para jugar el repechaje contra el cuarto lugar de la Concacaf e intentar clasificar a su primera Copa del Mundo.

El éxito sería para el régimen, que continuaría con su campaña de blanqueo y los abucheos en contra de la selección vendrían de los 12 millones de sirios que han escapado de casa, de la guerra.

"En el primer partido el pueblo inundó las calles nuevamente en la capital siria, Damasco, y otras ciudades como Latakia, Homs, Hama, Tartous y Aleppo, a pesar del momento que se vive, de la guerra, algo que no ocurría desde que estalló el conflicto. Es verdad que se ha politizado, pero no es poca cosa que Siria esté peleando por ir a su primer Mundial”, comentó Khaled Burhan, periodista sirio refugiado en París, Francia. En la lista de casi medio millón de civiles muertos en la Guerra Civil está el capitán del equipo nacional, Jihan Qassab, que murió tras ser torturado en prisión, y Zakaria Youssef, otro seleccionado, que cayó cuando un misil se impactó en el campo donde entrenaba a niños.

Abdel Basset Sarout, portero sub 17, renunció a corretear balones, se unió a las manifestaciones pacíficas y ahora lidera a los rebeldes. En la cárcel de Bashar al Assad hay por lo menos 13 futbolistas detenidos por estar en contra del régimen, tres de ellos con antecedentes en el equipo nacional.

"El régimen sirio sabe que teniendo un poder sobre el futbol tiene una manera de controlar la alegría de la gente. El ejército ocupó y transformó los patios de recreo y los estadios, en cuarteles militares que se dedicaron a matar y bombardear civiles. Uno de los más sonados es el caso del Estadio Abbasiyyin, en Damasco, que fue convertido en una base militar. No podemos olvidar el asesinato de 39 jugadores de futbol, incluyendo 11 jugadores menores de 19 años, también tienen cuatro jugadores muertos bajo tortura en el sistema penitenciario, y ahora tenemos 13 jugadores de futbol en las cárceles del régimen sirio sin ningún juicio”, comentó Anas Ammo.

El dictador encontró en el deporte una forma de recuperar el control del país y obligó a las figuras de cada una de las disciplinas a marchar con imágenes de él mismo, esa orden tuvo eco en una conferencia de la selección de Siria, en donde el entrenador y dos jugadores salieron con una playera que portaba la imagen del dictador.

"Usted vio en una de las conferencias de prensa del equipo cómo los representantes del equipo usaron las fotos de Bashar al Assad, incluso durante los juegos sólo se ondean banderas del régimen, imágenes de Bashar al Assad y no se ve ninguna manifestación de la oposición, ya que, en resumen, el equipo es del dictador”, explicó Ammo.

El futbol suele ser una versión diferente a la del mundo y en el truco de Bashar al Assad ha caído hasta la FIFA. El máximo órgano del futbol bloqueó el dinero que se le entregaba a Siria para el desarrollo del futbol por las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, pero no se ha atrevido a suspender a un representativo que en diversas ocasiones manifiestan su postura política, algo penado por reglamento. El conflicto se ha astillado al grado que facciones de Al-Qaeda e ISIS, famosa por apuntar a estadios de futbol para sus ataques terroristas, participan en el conflicto armado.

El poder del régimen sirio continúa sin importar los seis años de lucha. Firas Al-Khatib, figura de la selección, renunció a representar a “un país que atacaba a su propia gente”, pero esa decisión la cambió en febrero de 2017. El jugador del Al Kuwait Kaifan regresó para apoyar a su equipo en el camino a Rusia 2018. Él mismo lo reconoció, “con mi decisión 12 millones me verán como un héroe y otros 12 millones me llamarán traidor”, publicó ESPN. Uno de los motivos que provocaron su regreso es que su familia aún se encuentra en Siria, su padre enfermo y tras aceptar regresar a las Águilas de Qasioun pudo volver a visitarlos después de cinco años.

"El régimen apoya al equipo siempre para lograr victorias, que le den aspiraciones y de ahí saquen un beneficio político. Si gana Siria, brilla la imagen del régimen en toda la comunidad internacional, y al mismo tiempo ofrece tentaciones, a jugadores disidentes, de volver. Esto aumenta su fuerza y debilita a la fracción rebelde.

"Incluso los jugadores a quienes se dijo que se oponían al régimen, los hemos visto en la TV agradeciendo a Bashar al Assad. Son jugadores hipócritas cuyo propósito es proporcionar apoyo mediático al régimen que gobierna. En fin, no hay ningún jugador de la oposición en las filas del equipo actual, todos están a favor”, agregó Anas Ammo, que tuvo la facilidad de salir de su país debido a que uno de sus padres es turco.

Entre Siria y Australia hay 11 mil 985 kilómetros de distancia y la historia de un dictador que se esconde detrás de un balón.

"Muchos están en contra de la selección de Siria, pero para otros es un sueño ver al equipo en el Mundial”, concluyó Khaled Burhan.

"Mi apoyo es para el equipo de Australia, la selección siria no me representa”, aseguró Ammo.


PP

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