Cultura

La Dïéresis; peces muertos dan vida a libro

03 de Febrero de 2017 13:24 /

Anaïs Abreu D’Argence dio vida a un libro artesanal a partir de peces muertos. Los 15 ejemplares únicos de Gyotaku. Selección de poesía tradicional japonesa fueron elaborados con esa técnica ancestral inventada por los pescadores nipones e incluyen 15 haikús que recrean el mar y sus habitantes.

Trabajar con el cadáver de peces fue un proceso muy intenso. El olor era una cosa brutal. Me provocó náuseas y por momentos pensé que lo que estaba haciendo era, por lo menos, asqueroso y absurdo”, confiesa en entrevista.

Sin embargo, la poeta y narradora agrega que, al final del proceso de impresión, quedó fascinada con esta técnica, por eso quiso unirla con otra de sus pasiones: el haikú, un tipo de poesía breve también japonesa.

Explica que Gyotaku –gyo significa pez, y taku frotar– es un método tradicional de impresión que data de mediados de 1800. “Consiste en entintar directamente el pescado y prensarlo contra un papel. Fue usado por pescadores que querían tener un registro de sus mejores presas, pero también se convirtió en una forma de arte”.

Quien se autodefine como una artesana del libro detalla que la idea de los pescadores era ofrecer su producto sin que éste estuviera expuesto. “Entintaban el pescado, ponían encima el papel y lo frotaban. El pez quedaba impreso y exhibían el papel indicando su peso, así evitaban que el pescado se contaminara. Me pareció maravillosa esta impresión tan rústica y decidí hacer un libro”.

La egresada de la Escuela de Escritores de la Sogem narra que realizó una investigación en busca de haikús de poetas antiguos, escritos entre los años 1600 y 1700, que estuvieran inspirados en el mar, los peces y los pescadores. Y de un universo de 23 poemas seleccionó 15.

¨Siempre he amado el haikú, no tanto por el equilibrio, la exactitud, la pulcritud y la brevedad que dejan ver, sino por el resto del universo emocional y espiritual que no está escrito¨, añade.

La directora de La Dïéresis, sello que lanza esta novedad editorial, destaca que, como el haikú, las bellas impresiones que logró con la cabeza, la cola o alguna parte del cuerpo de los peces muertos no dejan ver la sangre o el olor que despidió el cadáver cuando trabajaba con él.

Es un contraste fuerte. El pez es la vida que tiene el mar. Cuando pescas, le sacas la vida al mar para que nosotros podamos vivir. En el haikú también hay mucha vida. Por eso me gustó la idea de que los peces muertos dieran vida a un libro”, indica quien por primera vez trabajó con animales muertos.

¨Cuando finalmente vi el resultado de todos los pescados impresos, me conmoví de que la muerte pudiera ser tan generosa conmigo. Me pareció bellísimo, ya que no lo considero un acierto mío, sólo tal vez la elección de los colores. Le dejo ese mérito a la naturaleza, a los peces, a Dios, a la muerte. En ese orden¨, advierte.

La artista mexicana nacida en 1982 asegura que el libro está integrado por pequeños cuadernillos separados, contenidos en una caja de 10 por 10 centímetros, por tres centímetros de grosor.

¨Imprimí un pescado diferente en cada portada, en una tela holandesa que se llama brillanta. Utilicé truchas, sierras y boquinetes. Adentro de la caja viene en un papel vegetal el nombre del poeta, luego abres más y está el haikú. Cada proyecto es único¨, cuenta.

CC

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