Metrópoli
Francisco L. Carranco

Asustan las empresas fantasma a trabajadores del Sector Salud

13 de Noviembre de 2017

Francisco L. Carranco



Hay situaciones que son difíciles de explicar. Mas y aun cuando pensamos que todo, en materia de corrupción, lo habíamos visto y haciendo un recuento sobre la decena trágica sexenal que ha vivido Veracruz, los atracos nos siguen sorprendiendo y alimentando el odio hacia el sistema de gobierno instaurado por ese par de ex gobernadores que hundieron a Veracruz en la peor crisis económica y política que se tenga memoria.

Como te voy a querer PRI si cada análisis de cuenta pública revisado y analizado por los Diputados del Congreso de Veracruz, arrojan inconsistencia que dan cuenta de todos las tropelías y atracos que sufrió el erario y que poco se conoce porque el sistema de corrupción instaurado por los gobiernos priístas que solapan y encubren toda la porquería de los que ostentan el poder para el único beneficio personal de los políticos en turno.

Obviamente, esas tropelías al erario y estado no eran notorias porque el sistema de corrupción obedece a reglas no escritas y reguladas en la jerarquía de quien tiene el poder, es decir y por poner un ejemplo, si un alcalde o funcionario menor comete un acto de corrupción con permiso del jefe inmediato superior las consecuencias son complicidad, pero sólo, si ambos reciben beneficios.

Por el contrario, si el que esta cometiendo el acto de corrupción se va “por la libre” ¡cuidado! porque las consecuencias son implacables para aquel que delinque sin avisar o sin “mocharse (repartir)” con el jefe; esta práctica instituida y mejorada cada sexenio ha logrado extender la cadena de corrupción en todos los niveles del gobierno y, en cada entidad, las cosas son así, algunas veces mesuradas (modesta medianía) y otras salvajemente robadas como en la pasada administración que lanzó al mundo a Veracruz como el estado más corrupto de Latinoamérica.

La voracidad de los ex funcionarios del gobierno estatal y que, se involucraron con la rapiña al erario público, midieron las consecuencias y cómo en algunos casos han dicho cínicamente “yo no firme nada” o yo no sabía nada, eso no los excluye de responsabilidad y los que amarraron su botín con la impunidad que la complicidad dicta, pues terminaron tranquilos y los jefes como diputados o premiados con lo obtenido en el año de Hidalgo.

Pero, afortunadamente existe un “pero” cuando el sistema de corrupción tiene que dar cuenta a un gobierno emanado de la oposición política, como la transición que se ésta viviendo en Veracruz, obliga a las instituciones garantes del uso efectivo de los recursos a informar, actuar y dar cuenta en que se ha usado el dinero público, por quién y con qué resultados, aquí es donde salen las sorpresas.

El ORFIS, La Contraloría Estatal ahora si descubren toda la maquinaria y señalan qué funcionarios han incurrido en malos manejos, tímidamente, acusan a los que se les paso la mano robándole al ciudadano y al cajón y desviando los recursos, obviamente, el jefe supremo en turno está enterado y decide quien si pagará o quién no, dijera el sabio proverbio popular “según el sapo será la pedrada” pero siguiendo la lógica, cuando el gobierno opositor requiere la información finca las responsabilidades y aparecen las consecuencias.

La complicidad en otro tiempo ganada, ahora enfrenta la legalidad y los que no previeron esta acción amanecieron con problemas de rendición de cuentas: el olvido que garantizaba el sistema anterior no existe, por el momento, y el perdón tampoco ahora es tiempo de pagar.

Pero, en líneas anteriores mencionamos sobre los alcances de la gavilla que se llevó todos los dineros públicos y sobresale el robo de las participaciones de las dependencias, organismos autónomos, proveedores, impuestos, becas, prestaciones y un largo etcétera.

Vuelven a brillar las empresas fantasmas que socavaron las finanzas de Veracruz y se destinaron a los bolsillos del grupo elite político del sexenio pasado que, volvió a todos los integrantes ricos, millonarios y multimillonarios, según el nivel, voracidad y recursos a su alcance, aquí el problema es que todos, todos, le entraron y desfondaron.

Y, en este tenor, la mente perversa alcanzó a través de las famosas, empresas fantasma, a través de las nómina de alguna dependencia cargó el salario a los trabajadores con sueldos onerosos no para pago, sino para retirar efectivo en algunos casos con el consentimiento del trabajador, en algunos casos sin el conocimiento e ignorancia del empleado que cada día de pago ni siquiera se enteró que alguien cobró su cheque.

Estamos hablando de miles de empleados que pueden estar en esta situación, la primera dependencia señalada es la Secretaría de Salud, dónde aparecieron los primeros afectados por el “daño colateral” de la corrupción orquestada por los altos niveles de complicidad de los que gobernaban el estado mientras esto sucedió.

El SAT lanzó un requerimiento a los trabajadores, del sector salud, para el pago de impuestos omitidos por los salarios extras detectados a través de la nómina fabricada por las empresas fantasma que dieron de alta para justificar el desembolso destinado para ese fin, pero, que nunca llegó a los bolsillos del trabajador.

Y, desde el viernes hay desfile de usuarios del SAT que tendrán que explicar si estaban enterados del asunto, los que sí y los que no, pues, tendrán que pagar pecuniariamente o legalmente, los montos que se le adeudarán, con recargos y multas, a ese organismo recaudador serán espeluznantes.

En el mismo caso pudieran estar el resto de los trabajadores al servicio del estado, que no recibieron sus constancias de retención de impuestos porque la Secretaria de Finanzas no realizó porque no pagó, porque la elite política del estado durante 12 años instituyó que no se pagaran los impuestos de cada trabajador, asústame SAT, aparece nuevamente la puntita del Iceberg y el descredito total al sistema gubernamental.

Suburbio 1

Cada quién en su estilo, el munícipe se ve bastante bien.