Metrópoli
Francisco L. Carranco

Comentario sobre el proceso electoral del 2018

19 de Junio de 2017

Francisco L. Carranco


Metrópoli

Comentario sobre el proceso electoral del 2018

Francisco L. Carranco

Luego de finalizar el proceso electoral de renovación de 212 alcaldías en Veracruz, el resultado se antoja estable y los campamentos partidistas, a nivel nacional, se tratan de reacomodar para sentar las bases y estrategias políticas que utilizarán con miras a las elecciones del venidero año 2018, cuyo proceso ya está en marcha, por lo menos, para Margarita Zavala y Andrés Manuel López Obrador.

Los comicios presidenciales y dada la cercanía para efectuarse, la inercia de la política que reciben los ciudadanos está vigente con los resultados emanados de las elecciones en Veracruz, Estado de México, Nayarit y Coahuila, considerados el gran laboratorio para el proceso del 2018, que dicho sea de paso, será una de las elecciones más complicadas a las que se enfrentará el electorado mexicano responsable que acude a las urnas.

La elección del 04 de junio de 2017, dejó varias enseñanzas y tendencias que los partidos deberán acoger para tratar, primero, de jalar a la sociedad a las urnas, segundo, qué estrategias se usarán para diferenciar el voto ante tantas posiciones que se habrán de elegir.

Recordemos que en este proceso se elegirán: Presidente de la República, senadores y diputados federales, además de la elección local de Gobernador y Diputados locales, lo que hará muy complicada la jornada electoral.

La abstención no sirve de nada y atenta contra la democracia, por ello la importancia de que en esta votación se seleccione al candidato idóneo para dirigir al país. Obviamente, el ganador deberá asumir el deplorable estado en que México se encuentra, principalmente, romper las relaciones de los políticos con el crimen organizado, abatir el sometimiento con los aun sindicatos perversos que al igual que los “chupaductos” con la gasolina, ellos sólo chupan las cuotas sindicales, generando un poder alterno que en ocasiones opaca al propio presidente de la república o gobernador en turno.

La democracia se debe de ejercer regresando el poder de las leyes a los ciudadanos y, que los políticos que ostenten un puesto público, rindan cuentas con trasparencia y mística de servicio a la sociedad; transparentar los programas nacionales de desarrollo social y el gasto público para “intentar” erradicar la pobreza y acabar la impunidad con castigos ejemplares, contra aquellos funcionarios públicos que fomentan el crimen organizado contra las finanzas públicas.

Tanto agravio que recibió el país, como lo que provocaron los Duarte, Borge, Moreira, Yarrington y otros tantos gobernadores y funcionarios públicos, estatales y federales, coludidos con empresarios corruptos, que casi han quebrado los estados que han gobernado y exhibido la ambición de robarse los dineros como muertos de hambre.

Más de 100 años tiene la frase acuñada por don Francisco I. Madero que dice “sufragio efectivo no reelección” cuyo fin era impedir, con elecciones populares y refrendadas por el voto ciudadano, la no continuidad de que un Presidente o Gobernador continuará un mandato por más de un periodo constitucional.

Obviamente, a espaldas de los mexicanos, el PRI en 90 años de ostentar el poder fue tejiendo la red de complicidades, fraternidades, compadrazgos, compromisos, con toda la estructura piramidal del poder, bajo el lema de “perro no come perro” o “en el PRI nadie barre para atrás” se legitimó la corrupción e impunidad construyendo la poderosa clase política saqueadora y con fuero que, en lugar de someterse a la fiscalización social, decidió convertir a los ciudadanos en sus súbditos avasallándolos con el abuso de autoridad y el poder: ¿o estás conmigo o contra mí?

Los ciudadanos están hartos de la política mexicana en todos sus niveles, dudan de que su participación pueda ayudar para tener un mejor país, esto se da porque los políticos, al igual, que, como los españoles que nos conquistaron y sometieron al uso indiscriminado del poder, nos han convencido que sólo la clase política manda y es beneficiaria del poder, con derecho a la riqueza y explotación de los bienes y servicios que el estado debe proveer para todos.

Sin embargo, ya ha habido probaditas de que la alternancia en el poder político, pueda dar, digamos por ejemplo, en la Presidencia de la República, algo puede funcionar, me refiero a la alternancia en el poder del ejecutivo federal, Felipe Calderón, que si analizamos la historia en su periodo presidencial, tuvo algunos avances en algunos temas prioritarios como reconocer la inseguridad e iniciar una lucha tensa para apaciguar al país, pero, nunca lo logró; su propio gabinete el que tenía al aplicar las políticas calderonistas, no lo apoyaron, tenían más que perder que ganar al cumplirle al pueblo, que voto por un relativo cambio.

El momento de legitimar, a través del voto, a un candidato para que sea presidente de la república está en las manos de otra generación de ciudadanos que vivió la incompetencia del presidente actual, que no puede ni quiere iniciar el rompimiento con los clanes y reinados del crimen organizado que, mientras más tiempo pasa, más organizaciones criminales surgen, como los “chupaductos” que realmente tienen asolado al gobierno, a Pemex, a las autoridades estatales, federales, municipales y a la propia sociedad, que retan y ofenden al sistema y éste sumisamente prefiere voltear los ojos a otros temas.

El problema es que, los precandidatos presidenciales de los diferentes partidos que contenderán, no han demostrado que aplacar al crimen sea un objetivo para devolver la tranquilidad a los mexicanos.

Al crimen sólo se le vencerá con estrategias “autoritarias” con contundentes estrategias y operativos de guerra (militares); objetivo que los civiles[Mf1] Miguel Ángel Osorio Chong, Margarita Zavala, Moreno Valle, López Obrador, Ricardo Anaya, sólo por citar a los punteros, ninguno garantiza poner el orden que los mexicanos necesitan para pensar en un desarrollo social, político, económico y de oportunidades.

Sin embargo, necesitamos votar porque necesitamos un Presidente que, como jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, ordene la pacificación del país y ofrezca la concordia y sana convivencia de éste México que se desmorona en la desesperación.

Suburbio 1

Dicen que, en el PRI local, el actual dirigente estatal reza para que los vientos eclesiásticos logren su permanencia en la dirigencia del tricolor, para ganar una pluri o, por lo menos, otro capital de esos que dejan las prerrogativas de las campañas electorales, ah raza que perspicacia.